En el último baile en el organigrama del departamento de Empleo y Asuntos Sociales (¡he perdido la cuenta de cuántos van!) el compañero de correrías de Ana Urchueguía en Somoto ha pillado silla. Iñaki Múgica, como hizo el fiel Zaballos, recibe la recompensa del socialismo guipuzcoano por los servicios prestados. No es casualidad que sean Zabaleta y Arriola los acomodadores. Pero nada comparado con el dorado exilio que su jefe López buscó a doña Ana allende los mares.
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