EL 11 de febrero de este año, tanto en nuestra edición en papel como en nuestra edición digital, DEIA adelantó a sus lectores, bajo el título "Ares abre una purga en Interior y destituye a los comisarios de las tres capitales de la CAV", una información en la que se desgranaba la profunda remodelación de los principales puestos de la Ertzaintza que Rodolfo Ares, consejero de Interior y coordinador del Gobierno que preside Patxi López, había comenzado a desarrollar. La información incluso adelantaba el motivo de dichos cambios: la creación de un nuevo puesto en la cadena de mando, al más alto nivel, para ejercer las labores de número 2 acompañando al director de la Ertzaintza, Antonio Varela, en la labor de coordinación de las cinco divisiones -Seguridad Ciudadana, Inspección y Administración, Tráfico, Antiterrorista e Información, Criminal y Recursos Operativos- que componen la Policía vasca. Ese puesto, se decía, sería ocupado por el entonces jefe de la División Antiterrorista, del que se aportaban las iniciales L.C., que a su vez iba a ser sustituido por quien solo recientemente había sido nombrado responsable territorial en Gipuzkoa. Ese mismo día, el Departamento de Interior que dirige Ares, aun pudiendo obviar una información que sabía cierta, emitió un comunicado oficial en el que pese a admitir el cambio al frente de la comisaría de Gasteiz decía textualmente que "Interior desmiente los ceses de mandos policiales de la Ertzaintza publicados por un rotativo vizcaino" y llegaba a afirmar que "la información es totalmente falsa" ya que los jefes de las comisarías de Bilbao y Donostia "continúan con normalidad en sus puestos". Seis semanas después, el pasado viernes, sin más comunicación oficial que una nota colgada en su página web, Interior confirmaba la "reorganización de la estructura de mando de la Er-tzaintza", la "creación de un nuevo puesto de jefatura encargado de ejercer la supervisión directa sobre el conjunto de las Divisiones de la Ertzaintza", la promoción a dicho puesto "del actual jefe de la División Antiterrorista", Lucio Cobos, cuya "vacante será ocupada por el actual jefe territorial de Gipuzkoa" y confirmaba que "entre los cambios se incluyen las jefaturas de las comisarías de San Sebastián y de Bilbao", es decir, los principales extremos de la información de DEIA que el Departamento de Ares había negado seis semanas antes acusando de falsedad a un medio de comunicación y tratando de ocultar a la sociedad vasca sus planes de reestructuración de la Policía que se formó, desarrolla y mantiene merced a los impuestos de los ciudadanos. Pero, una vez más, la mentira y el vano intento de ocultar la verdad solo desvelan que los cambios no vienen motivados por necesidades explicables a los ciudadanos y cabe deducir que se producen por una mera cuestión de afinidad política, lo que exige ya algo más que una explicación directa por parte de Ares.