Zorionak!
Gracias a Urdaibai e Igor Antón (que se recupere pronto) hemos salido de ese bucle infinito que parecía el deporte estatal, centrado únicamente en 11 garrulos corriendo trás una pelota, en pantalones cortos y con camiseta colorá. Ya era hora de que los vascos pudiésemos emocionarnos de verdad y gritar con ganas por las victorias de alguno de los nuestros. Zorionak!