Los portavoces del Gobierno de Patxi López -incluido el propio lehendakari- han intentado en los últimos meses y desde distintos ámbitos que calase en la ciudadanía el mensaje de que los datos del Euskobarómetro conocidos en diciembre pasado "están superados por la sociedad". Es más, según el Ejecutivo, "los vascos han asumido muy rápidamente el cambio". Al parecer, López mantiene intactos sus "problemas de comunicación". Hay que recordar que el estudio conocido como Euskobarómetro, dirigido por el profesor nada sospechoso de filonacionalista Francisco Llera indicaba que el 70% de los vascos de la CAV tenían poca o ninguna confianza en el Gobierno socialista. En aquel momento, el PSE intentó quitar hierro al asunto -sumamente grave, porque el porcentaje es extraordinariamente alto- asegurando que no había dado aún tiempo para que la sociedad asumiera las medidas adoptadas para hacer frente a la crisis, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Pasados varios meses, la fotografía se mantiene casi intacta. Según el estudio realizado por Gizaker para DEIA, nada menos que dos de cada tres vascos creen que el Gobierno de López no ha tomado ninguna medida o acción para luchar contra la crisis económica. No es que la percepción social sea que se han tomado medidas ineficaces o escasas. Es que los ciudadanos opinan que no se ha hecho nada en esta materia, lo cual encaja como un guante en la principal crítica que le hace la oposición: su absoluta inacción frente a la grave situación económica. En este sentido, cabe destacar que, según la encuesta, el principal problema en Euskadi -con mucho- es el paro, seguido del terrorismo y la crisis económica. Patxi López y su Gobierno podrán seguir alimentando su política comunicativa y haciéndose fotos con consejos asesores compuestos, dicho sea de paso, por personas de inestimable valía. Pero debe afrontar de una vez por todas cuál es el principal objetivo de su gestión porque su manifiesta ineficacia está agravando la situación. Si la crisis económica, tal y como advierten los expertos, es sobre todo una cuestión de confianza -de ahí campañas del tipo Esto lo solucionamos entre todos-, hay que concluir que el Ejecutivo de López está siendo un elemento totalmente negativo. Lo es, incluso, desde su nacimiento. El estudio de Gizaker deja claro también que la mayoría de los ciudadanos rechaza, por negativo para el país, el pacto PSE-PP y suspira por que no se extienda a los ayuntamientos y diputaciones tras las elecciones del próximo año. Han pasado doce meses desde los comicios y desde el acuerdo firmado entre socialistas y populares para expulsar al nacionalismo, cuya gestión, sin embargo, sigue siendo mucho mejor valorada que la actual, considerada débil, inestable e incompetente. López y el PSE deben ser conscientes de que a medida que avanza su gestión empeora su imagen
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