EL anuncio por parte del consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, de que el Gobierno vasco que preside Patxi López recurrirá a un crédito extraordinario a corto plazo de 600 millones de euros para cubrir el gasto corriente de la administración de la Comunidad Autónoma Vasca sería más que suficiente para cuestionar su gestión económica. No en vano es la primera vez que un Gobierno vasco recurre a una medida semejante, a pesar de que Ejecutivos anteriores ya han debido sortear situaciones de crisis tanto o más graves que la actual. Pero además, se trata ya de la segunda vez, en apenas un año con los socialistas en Lakua, que se recurre al endeudamiento -la vez anterior no fue con un crédito extraordinario sino a través de la emisión de deuda- para, según explicación pública y oficial del mismo consejero en ambas ocasiones, hacer frente al gasto corriente de la administración, es decir, a desembolsos que estaban convenientemente estipulados y perfectamente acotados en los presupuestos... sin olvidar que el PSE apoyó los correspondientes al ejercicio de 2009 y ha presentado y aprobado los 10.315 millones de euros para 2010 entre los que debe estar incluido el cálculo de ese gasto corriente para el que Aguirre anuncia la solicitud del crédito. Es decir, o bien el Ejecutivo no lo calculó adecuadamente o, en su defecto, el mismo ha crecido por encima de lo presupuestado hace menos de tres meses. Todo ello después de que el Gobierno López ya se endeudara durante el último trimestre del año pasado por encima de los mil millones -a través de una primera emisión de 700 millones de deuda pública y un segundo endeudamiento de 316 millones, 186 en deuda pública y 175 en préstamos- y haya incluido otra partida de deuda de 1.914 millones en los presupuestos de 2010. Y ni siquiera el pinchazo de la recaudación fiscal sirve como excusa por cuanto ya se había calculado en torno al 19% antes de la aprobación de los presupuestos y finalmente fue del 17%. Ahora bien, si ya esas cifras cuestionan más que seriamente la capacidad de gestión del Ejecutivo, la constatación realizada por el consejero Aguirre de que "en este momento la tesorería esta a cero a corto, medio y largo plazo" aún genera dudas más preocupantes respecto a la capacidad del gabinete que preside López. Ya a final de 2009, Aguirre quiso justificarse apelando a un "agujero descomunal" que atribuyó al Ejecutivo anterior mientras las cuentas presentadas por su gobierno al Parlamento Vasco le desmentían rotundamente al contemplar a 31 de octubre un remanente de tesorería de 1.836 millones de euros, que sólo dos meses antes habían sido de 2.150 millones de euros, lo que hacía innecesarias las emisiones de deuda pública citadas anteriormente y cuyos intereses han repercutido ahora negativamente en la caja del Ejecutivo. Sobra crisis y no hay gestión. Ése es el resumen.