Gobernar de oído
La marcha atrás en la ampliación del periodo de cálculo de las pensiones no es sino una más de la larga lista de rectificaciones del Ejecutivo socialista a sus propias propuestas con el único fin de preservar su deteriorada imagen
EL Gobierno español que preside José Luis Rodríguez Zapatero corrigió ayer, sólo cinco días después de plantear la reforma del sistema y el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, su propuesta de ampliar también el periodo de cálculo de las pensiones de 15 a 25 años y el periodo mínimo de cotización a 17. La rectificación, que no supone abandonar el proyecto de retrasar la jubilación, pero sí lo modifica; no puede sin embargo sorprender en un Ejecutivo socialista que gobierna de oído y en virtud del ruido que levantan sus propuestas, que ha venido actuando en esta legislatura al ritmo que le marcaban las reacciones de la sociedad a los distintos anuncios y filtraciones sobre proyectos de toda índole. Sin necesidad de ser exhaustivos, el gabinete de Zapatero ya rectificó la ley de descargas que la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, había incluido en la Ley de Economía sostenible para proteger los derechos de autor; la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega protagonizó una rectificación sobre la fecha de validez inicial del decreto de ayudas a parados de larga duración que dejaba fuera a 600.000 desempleados y también debió dar marcha atrás en la eliminación de la deducción por vivienda a rentas superiores a los 24.000 euros; el propio Zapatero eliminó, apenas meses después de aprobarla, la deducción universal de 400 euros en la declaración de la renta; la ministra de Defensa, Carme Chacón, tuvo que contradecirse a sí misma sobre la prohibición de portar armas de guerra a los empleados de empresas de seguridad que iban a proteger a los atuneros; el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, anuló su propuesta respecto a la limitación del número de contratos de trabajadores extranjeros; el de Industria, Miguel Sebastián, tuvo que incluir a las motos y ciclomotores en el plan de ayudas a la adquisición de vehículos del que los había excluido en un principio, ampliar dicho plan y cambiar la fecha de la solicitud por los operadores de las concesiones del servicio de la TDT de pago; Zapatero, trasladando sus formas del Gobierno del Estado a la presidencia española de la Unión Europea, hasta se vio obligado a rectificar su anuncio de sanciones para aquellos países miembros que no cumplieran los objetivos fijados por el nuevo plan de crecimiento europeo... Son apenas algunas de las innumerables rectificaciones y de un modo de actuar y un estilo de gobernación premeditado -no considerarlo así supondría la certeza de que el Ejecutivo no está capacitado para ejercer las labores de gobierno- que desvela, en cualquier caso, una más que preocupante inseguridad y, por tanto, una manifiesta indefinición a la hora de idear y poner en práctica políticas clave o, en su defecto pero tan peligroso, que el Ejecutivo de Zapatero gobierna pensando únicamente en las consecuencias electorales y no en la realidad social y las necesidades de los ciudadanos.