Síguenos en redes sociales:

Atraco en el tren

El pasado viernes fuimos con nuestro hijo a Izarra, en Araba, para pasar el fin de semana. Mi hijo tenía que volver el sábado, por lo que preguntamos en la estación de Renfe y nos dijeron que a las 15.00 horas pasaba el tren hacia Bilbao. Pedimos un billete, pero la chica que nos atendió nos informó de que nos lo daba directamente el revisor en el vagón. Preguntamos el precio, pero no aparecía en el ordenador, aunque en la estación anterior de Miranda de Ebro costaba 12,90 euros, por lo que suponía que por kilometraje la tarifa sería la mitad aproximadamente.

Mi hijo tenía 10 euros y a las 14.55 horas estaba en la estación. Cuando llegó el tren, se montó y se dirigió al revisor para pedirle el billete. Cuando le dijo el importe casi le da un pasmo: 13,90 euros. Como sólo tenía diez, se bajó del tren enfadadísimo y vino a contárnoslo. ¡No dábamos crédito! Primero, que no supieran informarnos adecuadamente y lo peor y que más me asustó, ¿qué hubiera pasado, si en lugar de dirigirse al revisor, se hubiese quedado esperando a que viniera a su sitio y el tren estuviera ya en marcha? ¿Cómo puede costar un trayecto de 40 kilómetros en el tren que antiguamente se llamaba Correo y tarda 2 horas en llegar a Bilbao, semejante cantidad? Renfe, la Compañía Nacional de Ferrocarriles que pagamos todos ( incluidos los vascos) ¿puede ser deficitaria con semejantes precios?

Como solución, llevamos al chaval a Murgia, a 4 kilómetros de Izarra y cogió el autobús que salía de Gasteiz a las 18.30 horas. El billete le costó 3,95 euros.

Moraleja: Que los españoles viajen con Renfe que en mi familia nos quedamos con los transportes públicos de Euskadi.

Vamos a ver, estatutariamente hablando, faltan por transferir una serie de competencias que, bien sea por una cosa o bien lo sea por otra... aún dependen del Gobierno central. Obviando la que compete a las políticas activas de empleo, no tengo constancia de que el Gobierno de Gasteiz tenga competencia sobre prestación por desempleo, promoción y gestión de empleo, formación profesional ocupacional, regulación de empleo, Instituto Nacional de la Seguridad Social o Gestión del Régimen Económico de la Seguridad Social.

Tampoco me consta que se tenga un rango competencial en centros de investigación y asistencia técnica, Inspección de Trabajo, Fondo de Garantía Salarial, meteorología, aeropuertos, puertos de interés general, transporte marítimo y fluvial, Cedex, ferrocarriles, transporte mecánico por carretera, salvamento marítimo, crédito y banca, seguros, crédito oficial, o mercado de valores.

Y, puestos a seguir, tampoco sabemos nada sobre Administración Institucional del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo; Investigación Científica y Técnica, Sector Público del Estado, hidrocarburos (petróleo y gas), expedición de permisos de circulación y matriculación de vehículos, servicios privados de seguridad, elecciones municipales, centros penitenciarios, archivos de titularidad estatal, fondo de protección cinematográfica, turismo, FROM, inspección pesquera o seguros agrarios.

Evidentemente, no voy a citar (por inexistente) las transferencia de nombrar embajadores o la concesión de medallas pensionadas a los gudaris (aunque sí parece existir).

En conclusión, yo no voy a celebrar mi 50 cumpleaños si me faltan 8. De la misma manera, celebrar un aniversario de un Estatuto con 36 incumplimientos en sus carnes es, poco menos, que un mero acto de intentar institucionalizar eso que se ha venido denominando como mayoría artificial, luego... no real.