A pesar de ser la mejor herramienta tecnológica que se ha inventado hasta ahora para mejorar nuestra calidad de vida, seguimos infrautilizando nuestro Smartphone y no aprovechamos todo su potencial. Seguro que la idea de ir de vacaciones este verano ya está rondando nuestras mentes. Comprar el billete de avión en Internet, acceder a una agencia de viajes digital y hacer la reserva mediante su web o elegir un coche en un catálogo a través de nuestro ordenador para alquilar son pasos que realizamos ya con cierta facilidad. Lo curioso es que al llegar a nuestro destino, seguimos buscando la oficina de turismo para conseguir un mapa en papel con el que acabaremos perdiéndonos por la nueva ciudad que estamos visitando. Las aplicaciones de mapas de los teléfonos móviles tienen una potencia infinita, nos dan servicios adicionales, nos permiten consultar las opiniones de otros viajeros o incluso personalizar los mapas meses antes de hacer nuestra visita. Pero nos sigue dando miedo utilizarlas. Vamos a dar algunas pistas para aprovechar todo su potencial.

Lo primero que tienes que hacer es saber cuál es la aplicación ideal. Está claro que a día de hoy Google Maps es seguramente la aplicación estrella para todo y seguramente no necesites más, pero según tu ruta o tus aficiones, tienes diferentes opciones. Si lo que buscas es ir en automóvil o eres un profesional de la ruta y quieres evitar caravanas y retenciones tienes que instalar Waze. Si lo tuyo es el senderismo y caminar o hacer rutas por el monte a qué esperas para descargar Outdoor Active o si lo tuyo es ir en bicicleta Komoot está desarrollada por y para ciclistas.

Hay mil aplicaciones diferentes, busca la tuya revisando webs y opiniones de usuarios por Internet. Lo segundo es practicar con las aplicaciones antes de meterte en otro país, otra ciudad o lanzarte al bosque pensando que ya no te perderás. Piensa en las rutas que vas a hacer a pie, olvídate del coche. En Google Maps, haz una búsqueda de un lugar en tu ciudad, algún sitio al que sabes llegar perfectamente, pero pide a la aplicación que te muestre cómo llegar. Analiza por qué razón te da tres rutas diferentes, por qué la que parece más corta te dice que te va llevar más minutos. En la pantalla de los móviles no vemos la inclinación del terreno, los semáforos en rojo que es posible que nos encontremos al caminar o los pasos subterráneos o elevados con múltiples escaleras. Es tan fácil como seguir el punto azul, que es nuestro móvil, y darnos cuenta cómo se va moviendo. A medida que practiques, vas a entender mejor la aplicación y no te resultará una sorpresa cómo usarla en el momento de las vacaciones.

Lo mismo deberás hacer para viajar en automóvil. Probar cómo funciona en rutas o recorridos que haces a diario, aprender como da las indicaciones en las rotondas, qué significa tercera salida a la derecha o incorpórese al carril de la izquierda. Muchas personas dejan de utilizar las ayudas a la navegación del coche porque lo empiezan a usar en su primer viaje largo y no están acostumbrados a seguir ese tipo de indicaciones al escucharlas por primera vez. El sistema de mapas es un buscador y si quieres encontrar una gasolinera o un sitio donde hacer una parada para merendar, se lo vas a poder preguntar. No tienes que pararte y escribir ya que todos los navegadores de los vehículos atienden nuestras órdenes de voz. Eso sí, recuerda tenerlo configurado, no esperes a aprender a utilizarlo el día de tu viaje. Practicar y aprender, ese es el truco de los mapas. 

@juandelaherran