Este nuevo restaurán se perfila como un lugar en el que el chef recolecta frutos, hojas y bayas, para transformarlos y lograr caldos y platos con un recorrido natural. Así obtiene vinos de zanahoria o diente de león, espumoso de sauco y vinagres o fermentos, hechos a base de koji, una especie de hongo que proviene del Japón, referente del arroz o la cebada y que crece en ambientes cálidos y húmedos. 

Todo ello forma parte de la carta de presentación diferenciada de Asenjo y presiden buena parte de la oferta líquida que realiza en este restaurante, sito en el histórico caserío Makatzeta, a los pies del Anboto, donde dispone de dos menús degustación: el corto, Iritsi, o el largo, Iraun -que nosotros elegimos-. 

La cerveza casera de estilo sour, realizada con escaramujos frescos, preside la comida, y viene acompañada de los snacks, esos pequeños bocados provistos de mucha cocina y mise en place.

Llegaron en formato finger food el exquisito escabeche de remolacha en forma de talo, papada de euskal txerri, anguila curada y ahumada aliñado con vinagre de escaramujo, flor de la Oxalis y San Roberto. Al brioche, elaborado en una panadería cercana, le acompaña la mantequilla de oveja y anchoas en salmuera hechas en casa. Continúan los tentempiés con un cangrejo, su croqueta, perejil silvestre y un Crujiente de bellota con tarta de jabalí, bellota rallada y trufa laminada en su final de temporada.

Crujiente de jabalí con trufa. A.Z

El aguachile de acedera e hinojo es para paladares intensos. Encantó el sashimi de esturión, proveniente de la piscifactoría que dispone Pirinea en Yesa, que lo acompaña un mojo de hojas silvestres de su huerto y caviar del mismo pez de río. Probamos la ostra de Amelie a la brasa, guiso de níscalos embotados en Erro, zanahorias encurtidas, su brote silvestre y tocino porcino. 

La trucha, con su piel frita, y papada de Maskarada -es una especie de chili crab-, emparejada con una beurre blanc euskaldunizado de mantequilla de oveja y txakoli, lo borda en el sabor.

Seguimos con la panceta de vaca, alubias, caracoles y cogollo con vinagreta de salvia e hidromiel. La versión personal de Txipirones en su tinta, vino en un correcto tartar y crujiente de su tinta con ali oli de trompetas de los muertos. Para la merluza al papillote (de cocción precisa), emplea hojas de berza, que lo cubre a su vez con barro, y viene con un fondo de tubérculos ancestrales y un pilpil de ortigas espectacular en su emulsión, además de acompañamiento de salicornias salteadas que le aporta su sabor yodado característico. 

El chef Jorge Asenjo en el caserío Makatzeta de Arrazola. A.Z

Con la pluma de la granja de Lekunberri -el chef se luce en la obtención de sabor y punto de asado-, batata y horchata de bellotas ralladas, con su paté de Maskarada con mermelada de manzanas, ortigas y jengibre finalizamos la parte saldada.

En lo dulce, el helado de boletus, queso, remolacha con sidra, churros de ortiga y la original cuajada, helado de plancton, salicornias y caviar bordaron un menú original, donde el chef aplica técnica aplicada a un conocimiento, casi biológico de plantas y entorno vegetal. 

Erro 

Dirección: Artecalle 9, Atxondo, Bizkaia

Teléfono: 94 613 81 91

Interiorismo: 7,5/10