Rompió todas las previsiones editoriales cuando en 2012 publicó su primera novela, Palmeras en la nieve. Se puso un listón muy alto y ha superado con creces sus expectativas. Diez años después de sus inicios se siente segura como escritora y siempre busca historias que puedan atrapar al lector. Rebusca en el pasado y de ese pasado ha nacido Lejos de Luisiana, el último premio Planeta 2022. El libro hablar de amor, de esperanzas y narra cuarenta años de historia real con personajes que han existido, pero con dos protagonistas que cuentan cómo eran sus vidas en la segunda mitad del siglo XVIII. Eran tiempos de oportunidad y tiempo de lucha. El contexto histórico está respetado al máximo. Luz Gabás es una mujer que en su día dejó todo por la literatura, su trabajo como profesora y una incipiente carrera política que estaba centrada en su labor como alcaldesa de Benasque (Huesca).

PERSONAL

Edad: 54 años

Lugar de nacimiento: Monzón (Huesca)

Familia: Está casada y tiene dos hijos gemelos.

Trayectoria: Estudió Filología Inglesa y dio clases durante quince años en Huesca y en Zaragoza. Sacó la plaza de profesora titular de la Escuela de Ingeniería. Hasta 2015 fue alcaldesa por el Partido Popular en Benasque. Es autora de cinco novelas Palmeras en la nieve, Regreso a tu piel, Como fuego en el hielo, El latido de la tierra y Lejos de Luisiana. Este último libro ha obtenido el premio Planeta 2022. De la primera obra, se hizo una película con el mismo nombre, está protagonizada por Adriana Ugarte y Mario Casas. El film tuvo mucho éxito y Luz Gabás se ha sentido tan satisfecha con la adaptación que ha visto la película en múltiples ocasiones.

Su libro habla de lejanías, pero ¿hasta qué punto es lejana su historia?

Cuando escribía el título, Lejos de Luisiana, pensaba en la protagonista, ella quiere volver siempre a Nueva Orleans. Pero las circunstancias la mantienen alejada y qué lejos estábamos nosotros de una historia de la que no sabíamos nada.

Una historia que habla de colonización, de guerras, de la cesión por parte de Francia a España de tierras situadas a orillas del Misisipi. Usted viaja a la segunda mitad del XVIII a miles de kilómetros. ¿Cuánto le ha costado la documentación de este libro?

Yo conocía vagamente algo de lo que había pasado. Había estado en Estados Unidos. Estudié historia estadounidense como asignatura, pero tenías bastantes cosas olvidadas. Comencé a preparar el libro en 2018, sobre todo juntando material. Fueron dos años de leer y tomar notas. A medida que leía, veía ya escenas y personajes. Me senté a escribir en 2020. Y después, lo que ya se sabe, correcciones y hasta ahora.

"El libro ‘Palmeras en la nieve’ supuso un antes y un después en mi vida”

Da la sensación que le ha costado más documentarse que escribir el libro.

Siempre. En mis libros lo que más cuesta es la documentación. Hasta que no tengo todo en la cabeza no me siento a escribir. Una vez que tienes toda la documentación organizada, sabes lo que le pasa a cada personaje y tienes visualizadas todas las escenas, te pones a escribir.

Es una novela con un potente lienzo histórico detrás. ¿Se ha tomado muchas licencias?

El equilibrio que hay que encontrar cuando te trasladas a otras épocas es poner en una balanza las historias personales y lo que es historia en mayúsculas. En mi libro hay mucha historia real, pero es una novela. La historia está en todo el contexto, es que no me puedo salir de lo que realmente sucedió. Todos los personajes que aparecen son reales, excepto los protagonistas. Ellos son inventados y están en esta novela para realizar sus viajes físicos y emocionales. 

Historia real más emoción ficticia tiene que ser una combinación a veces difícil de mezclar, ¿no?

A mí me gusta el género de novela histórica. Es el que leo también. El que está escrito por conocidos o grandes escritores. Creo que cada vez se está consiguiendo más diluir la historia.

¿Evitar que sea una lección de historia?

Exacto. Lo que pretendo es precisamente eso, que no haya una lección de historia en mis libros. Que todo esté construido bajo la forma de novela. El peligro que tiene la novela histórica es que tenemos tanta información sobre lo que pasó que queremos contarlo todo y se nos olvida que es una novela. Esto lo decía Toti Martínez de Lezea. Tuve muy claro esto para evitar que la historia con mayúsculas se apoderara de la historia con minúsculas.

Muchos escritores reniegan a la hora de decir que sus relatos tienen mucho de historia de amor. Usted no tiene pudor a la hora de hablar de que sus libros siempre están llenos de relaciones emocionales, sentimentales y de amor.

Lejos de Luisiana es una gran historia de amor. El amor es la fuente de inspiración de muchas historias que se han novelado. Es que no sé por qué tenemos que alejarlo, el amor es el motor desde el principio de los tiempos en el funcionamiento del mundo. Cuando yo leo novelas, en todas hay historias de amor. A mí me gustan mucho las historias del romanticismo y las que exaltan lo romántico. Me entusiasman las exaltaciones de pasiones.

La escritora oscense, con su Premio Planeta por ‘Lejos de Luisiana’.

Una historia de amor que en su libro dura cuarenta años.

Sí. Esa historia de amor en sentido metafórico es como el río de la novela, una espina dorsal que recorre toda la historia de la joven hija del comerciante francés. Ella es Suzette Girard, y él es el indio Ishcate, de la tribu kaskaskia, que ha sido educado por los jesuitas franceses. A lo largo de esta historia, ellos se unen, se separan… Esta historia lo que cuenta es la vida en un tiempo y en unas circunstancias concretas.

Como autora, el suyo es un recorrido muy luminoso hasta llegar a 2022.

Un viaje muy completo, sí. Sin Palmeras no habría Luisiana. El primer libro llegó en un buen momento. Yo tenía 44 años, una edad perfecta para seguir con lo que estás haciendo y cambiar si eso es lo que quieres. 

Y usted quería cambiar.

Exacto. Estaba decidida a cambiar, me arriesgué y aquí estamos tú y yo hablando otra vez de una nueva historia. Este viaje ha sido largo y placentero. Este libro fue un antes y un después en mi vida. El punto de inflexión para dar un giro diferente a lo que era entonces mi vida.

"Hasta que no tengo todo en la cabeza no me siento a escribir”

Primera novela y una película que casi todos hemos visto. Y además se ha demostrado que Palmeras en la nieve no fue la suerte del principiante, ha seguido teniendo éxito con sus libros.

Lejos de Luisiana es mi quinta novela, y te puedo decir que soy feliz por poder contar las historias que siempre había querido contar. Se me ocurren cosas, hay historias que me vienen a la cabeza y de repente digo: Vamos a tirar por aquí. Son como pálpitos que luego desarrollo y ahí quedan para todo aquel que las quiera leer. Me gusta seguir mis impulsos. Siempre hay algo que te llama desde dentro.

Sus libros siempre tienen el hilo conductor del pasado. Sin embargo, en El latido de la tierra se sale un tanto de su madeja literaria, aunque también tiene citas con los recuerdos.

Esta es una novela contemporánea. Recoge el pasado reciente. Recorre situaciones dramáticas y las historia de personas de la generación de mis abuelos, aunque más de mis padres, por las que tuvieron que abandonar sus pueblos al ser expropiados y empezar una nueva vida en la ciudad. Este libro es historia reciente de España. Era una novela muy personal. Quería escribir sobre el arraigo y mi relación con la tierra, sobre todo la tierra que me vio nacer y crecer. Hablo de un mundo heredero de la tradición como el medio rural y cómo ese medio debe acostumbrarse a lo nuevo.

¿Echa de menos su etapa anterior, la de la docencia?

Creo que he transformado esa etapa de alguna manera. Pienso que sigo enseñando en mis novelas. A veces recuerdo lo que era la cercanía de estar con gente joven en el aula respondiendo preguntas, resolviendo dudas. Cuando tomé la decisión de dedicarme a escribir fue porque quizá sentí que la docencia era una etapa que ya había pasado. Pero la profesora que fui sigue dentro de mí.

Luz Gabás durante la ceremonia de entrega del Premio Planeta.

Usted es muy diversa y también fue política…

¿Política? Eso es mucho decir. Me dedicaba a la gestión municipal. No tiene nada que ver con lo que desde los medios entendéis como política.

Fue alcaldesa del PP en su localidad. ¿Echa de menos esa etapa?

¿Sabes lo que te digo? Es mucho trabajo, son todas las horas del día dedicadas a este cargo, yendo de reunión en reunión para intentar resolver problemas. Aquello era totalmente incompatible con mi carrera de escritora. Tuve que decidir y a la vista está cuál es mi decisión, la literatura. Tengo mucha relación con gente que está metida en política.

La política, más bien los políticos, está muy denostada. ¿Se salvaría la política municipal de las consideraciones negativas de los ciudadanos?

Pienso que sí. Un alcalde o una alcaldesa de un pueblo está peleando todos los días por conseguir dinero, subvenciones, por hacer cosas, arreglar cosas. A veces resulta ingrato ver cómo se denosta la labor de los políticos. Otra cosa son las batallas ideológicas que se proyectan desde los medios de comunicación.

¿Cree que no son realidad esas batallas?

Lo que pienso es que la vida real es algo muy diferente a las batallas ideológicas que se ven en los medios.

¿Su única aspiración en política era ser alcaldesa, no más?

En aquel momento pude haber optado a algo más. Pero, insisto, coincidió con Palmeras en la nieve. Desde pequeña había soñado con ser escritora y me dije: Este tren que está pasando delante de mí ahora, lo voy a tomar. Hay que seguir.

Para jalonar está década como escritora ha ganado el premio Planeta de este año.

Ha sido una gran satisfacción. Como soy muy de mi casa, de mi familia, este premio ha sido una alegría compartida con todos los míos. No me podía imaginar la cantidad de felicitaciones y mensajes de cariño que he recibido.