En las entrañas de las redacciones de cualquier publicación de papel couché, históricamente siempre se han separado a los famosos y famosas por categorías: celebridades y personajes royals (muy del Hola y del Corazón de...), personas populares (con gran cabida en la revista Pronto), e hijos de, amantes de, faranduleros, grandes hermanos y viceversos (protagonistas indiscutibles del universo Telecinco). 

Pues bien, también dentro del primer grupo (celebridades y royals) existen justas distinciones. Porque no es lo mismo informar de la carrera de una actriz internacional como Penélope Cruz, que de las hazañas veraniegas de Victoria Federica, conocida ya para el gran público como Vic. Mientras la artista nacida en Alcobendas ha logrado fama internacional a base de esfuerzo, sacrificio y décadas de trabajo, la sobrina mayor del rey Felipe VI solo vive (y muy bien) gracias a la posesión de un ilustre apellido: Borbón. Es realeza, pero no ejerce. Y sin ningún otro mérito que sepamos, tiene más vacaciones que un maestro, más dinero que cualquier millenial de su edad, y viaja más que Willy Fog en el verano de 1983.

Basta con ojear en la playa las revistas rosas para cerciorarse de que la hija de la infanta Elena es una privilegiada sin merecerlo. Solo con analizar sus vacaciones uno se da cuenta de que la joven tiene aires de princesa. En pocos días, los que han durado las vacaciones en Benidorm de quien les escribe estas líneas, la influencer de la Casa Real ha visitado Ibiza, la Costra Brava y Marbella. Y ha salseado al son de C. Tangana o de Sebastián Yatra. Precisamente, para asistir a este último concierto escogió la compañía de Álex Recort, un joven empresario catalán (de estilo cayetano moderado) con quien la están continuamente relacionando.

Ella afirma que, de momento, son solo amigos. Y por ello prefiere alternar su compañía con la de amigas tan íntimas como Rocío Laffon y Marta Ezcurra. Con ellas, como recoge la revista Pronto, compartió chapuzones y lució “un nuevo look capilar con trenzas de boxeador y un bikini triangular de color anaranjado”. Todo ello combinado con una misteriosa calcomanía en forma de B. Que no debe hacer referencia a una contabilidad oscura, sino a un exclusivo restaurante y local de copas ubicado en Ses Salines. Ya ven, así es la vida en verano de una joven royal.