El brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha anunciado este martes que entregará durante las próximas horas el cadáver de otro de los secuestrados durante los ataques ejecutados el 7 de octubre de 2023 contra Israel, en medio de las tensiones por los retrasos en el proceso y las advertencias del Gobierno israelí sobre el impacto en el acuerdo alcanzado hace unas dos semanas.
Las Brigadas Ezeldín al Qasam han indicado en un breve comunicado publicado en su cuenta en Telegram que la entrega de los restos tendrá lugar a las 20.00 horas (hora local), antes de afirmar que "fueron localizados hace poco en el camino a uno de los túneles en la Franja de Gaza", sin más detalles al respecto y sin que Israel se haya pronunciado sobre el proceso.
"Violación del acuerdo"
El anuncio ha llegado horas después de que Israel afirmara que los restos entregados el lunes por Hamás corresponden a Ofir Tzarfati, cuyo cadáver fue recuperado por el Ejército israelí en la Franja de Gaza en diciembre de 2023, por lo que ha acusado al grupo de "una clara violación" del acuerdo para la aplicación de la primera fase de la propuesta presentada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Esto supone una clara violación del acuerdo por parte de la organización terrorista Hamás", dijo la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, antes de confirmar que el jefe del Gobierno encabezará en las próximas horas "una reunión de seguridad con los jefes del Ministerio de Defensa en la que discutirán las medidas que puedan ser adoptadas por Israel ante las violaciones".
Dificultades en la recuperación de cuerpos
Por su parte, el portavoz de Hamás, Hazem Qasem, había negado previamente que el grupo tenga información sobre la ubicación de los cadáveres de los rehenes que aún no ha entregado a Israel, antes de insistir en que la formación islamista procederá a ello "lo antes posible", entre las críticas de las autoridades israelíes por los retrasos en el proceso.
El grupo palestino ha afirmado en varias ocasiones que estos retrasos se deben a las dificultades en la búsqueda y recuperación de los cuerpos debido a la enorme devastación causada por la ofensiva israelí contra el enclave, incluida la escasez de equipamiento pesado para la retirada de escombros en las zonas bombardeadas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).