El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió ayer de que el alto el fuego sellado con el Líbano, en vigor desde el pasado 27 de noviembre, no es “el fin de la guerra” y que su principal objetivo es reconstruir el norte de Israel y permitir el regreso de los más de 60.000 evacuados. “Señalo que actualmente estamos en un alto el fuego: un alto el fuego, no el fin de la guerra. Tenemos un objetivo claro: devolver a los residentes y rehabilitar el norte. Estamos aplicando este alto el fuego con mano de hierro, actuando contra cualquier violación ya sea menor o grave”, dijo Netanyahu desde la ciudad israelí de Nahariya, apenas a 10 kilómetros de la frontera con Líbano. El mandatario israelí celebró una reunión especial en esta urbe, donde se reunió con el alcalde Ronan Marli, a quien agradeció su “fuerte liderazgo” durante este año de hostilidades y le prometió el desarrollo de las zonas industriales y la preservación de los beneficios fiscales.

“Señor alcalde, quiero agradecerle por su liderazgo y por la postura firme de los vecinos. No fue fácil. Hubo muchos desafíos, incluidas cuatro personas que fueron asesinadas aquí en la ciudad de Nahariya”, dijo, en alusión a cuatro muertos en esta zona en recientes ataques de Hizbulá.

Por otra parte, el mandatario israelí tildó de “grave violación” el ataque de Hizbulá contra una posición militar en el norte de Israel, el primero por su parte desde el inicio de la tregua y al que las tropas israelíes respondieron con una veintena de bombardeos contra el sur del Líbano. “Estamos comprometidos con un alto el fuego, pero tampoco toleraremos violaciones por parte de la otra parte. También lo digo aquí de la forma más clara: no volveremos a la situación del 6 de octubre. El norte estará tranquilo, el norte prosperará, el norte florecerá”, agregó.

Desde la implementación de la tregua, ambas partes se han acusado mutuamente de incumplir el acuerdo, e Israel ha seguido atacando en el sur armamento y supuestos milicianos, amparado bajo la protección de lo pactado con EE.UU, sobre su derecho a seguir golpeando a la milicia.

Por su pate, el ministro de Defensa de Israel, el ultraderechista Israel Katz, advirtió ayer al Gobierno de Líbano que no habrá “exenciones” para las fuerzas libanesas en caso de que el acuerdo de alto el fuego colapse, apuntando que “no habrá separación” entre ellas y el partido-milicia chií Hizbulá. “Si el alto el fuego colapsa, no habrá más exenciones para el Estado de Líbano. Aplicaremos el acuerdo con una respuesta máxima y tolerancia cero. Hasta ahora hemos diferenciado a Líbano de Hizbulá. Dejaría de ser el caso”, manifestó.

Así, durante una visita al norte del país, cerca de la frontera, recalcó que la política de Israel “es clara e inequívoca”. “Actuaremos con todo nuestro poderío para aplicar todos los puntos del acuerdo de alto el fuego”, señaló, según un comunicado de su cartera.

Intentos desde Líbano

En este contexto, el primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó ayer que mantiene “intensos contactos” diplomáticos para garantizar que se respete el alto el fuego y cesar las “violaciones israelíes” en el sur del Líbano para permitir el regreso de cientos de miles de desplazados por la guerra. “Los contactos diplomáticos continúan y se intensificaron ayer para frenar las violaciones de Israel y asegurar su retirada de las localidades libanesas fronterizas”, apuntó la oficina de prensa de Mikati en un comunicado.

La nota subrayó que el primer ministro libanés destacó “la prioridad de estabilizar la situación para permitir la vuelta de los desplazados a sus aldeas y localidades y reforzar el despliegue del Ejército libanés” en el sur del país, en cumplimiento del acuerdo de alto al fuego, que entró en vigor el pasado 27 de noviembre.

El Líbano denunció el lunes la muerte de una decena de personas en ataques de la aviación militar israelí contra localidades del sur del Líbano. Esos ataques tuvieron lugar después de que el grupo chií Hizbulá lanzara dos proyectiles contra las granjas de Chebaa, un territorio disputado en la frontera con los Altos del Golán sirios ocupados por Israel, en el primer incidente reivindicado por el movimiento armado desde la entrada en vigor del alto el fuego.

Mikati también anunció el inicio de un proceso de reclutamiento de soldados para ser desplegados con el Ejército libanés en las zonas del sur del país según lo estipulado por el acuerdo de alto el fuego, que puso fin a una guerra que causó unos 4.000 muertos y unos 1,5 millones de desplazados solo en el Líbano.

Ese acuerdo contempla el despliegue del Ejército libanés en la frontera con Israel, así como la retirada de los combatientes de Hizbulá al norte del río Litani y la de las tropas israelíes de las localidades que ocuparon en el sur libanés en un plazo de 60 días. “El anuncio de la Comandancia del Ejército sobre la necesidad de reclutar a soldados capacitados para sus unidades de combate se enmarca dentro del contexto de la implementación de la decisión del Gabinete de aumentar el número tropas y reforzar su despliegue en varias regiones del sur”, afirmó Mikati.

Por otra parte, el Ejército israelí anunció ayer la muerte del que asegura era el enlace entre el grupo chií Hizbulá y el Ejército sirio, Salman Nimr Jamaa, en un ataque aéreo contra Damasco. “El régimen sirio apoya a Hizbulá y permite que la organización lo explote para transferir armas al ámbito libanés, poniendo así en peligro a los ciudadanos de Siria y Líbano”, aseguraron las fuerzas israelíes.

Ataques contra los insurgentes

Prosiguen los combates en Siria

Decenas de terroristas. Las autoridades de Siria aseguraron ayer haber matado a “decenas” de supuestos “terroristas” en nuevos bombardeos perpetrados junto a Rusia contra zonas de las provincias de Idlib y Hama en respuesta a la ofensiva lanzada la semana pasada por grupos rebeldes y yihadistas en Alepo, que forzaron un repliegue de las tropas gubernamentales. El Ministerio de Defensa sirio señaló en un comunicado publicado en la red social Facebook que los bombardeos han dejado “decenas de muertos y heridos en las filas de los terroristas”, además de destruir “armamento” y otro equipamiento militar de estos grupos, encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS).