Kenia es considerado el país más próspero del África oriental. Es el país africano con una de las democracias más sólidas del continente. El bravo pueblo keniano, como en otras ocasiones, no ha dudado en salir a las calles a protestar por la subida del IVA de los productos básicos, como el pan, los pañales, las compresas, el aceite… y otros. El presidente, William Ruto, justificaba esta subida de impuestos en la necesidad del país de hacer frente a las exorbitantes deudas que tiene y a responder con las exigencias del FMI (Fondo Monetario Internacional). El pueblo keniano no ha visto en dónde se han gastado los montantes adquiridos a través de estas deudas con el FMI y otros organismos internacionales y, por lo tanto, no entiende por qué tiene que ser el ciudadano de a pie el que pague por la mala gestión económica del gobierno.
Las protestas en Kenia, en donde esta participando activamente Auma Obama, la hermana del expresidente de Estados Unidos Barack Obama, quien acabó herida por la policía en los disturbios del día 27 de junio, no han cesado pese a que el presidente haya reculado con la ley de subida de impuestos. El pueblo exige también la dimisión del presidente William Ruto y la disolución del Parlamento, porque tampoco está de acuerdo con el envío de soldados kenianos a petición de Estados Unidos a controlar la criminalidad en Haití, cuando no se resuelve este mismo problema en Kenia.
El pueblo keniano muestra su desacuerdo con la gestión del gobierno actual, manchada de denuncias de corrupción, clientelismo y nepotismo. No entiende la pésima gestión de William Ruto, quien está en el gobierno desde la presidencia de Uhuru Kenyatta (primer gobernante africano a comparecer ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad) como Vice-Presidente, como Ministro de Exteriores, de Educación Superior, así como investigador junto a la primera mujer africana premio Nobel, la también keniana Wanghari Mathaai. Ruto es considerado como una persona con experiencia política. Por ello, es incomprensible la incapacidad que está mostrando para resolver los problemas básicos del país y acepte ser títere de Estados Unidos, enviando a morir a jóvenes kenianos a resolver un problema en Haití que debería ser resuelto por otros, así como a querer aprobar una subida de impuestos que obligaría a la ciudadanía a pagar una deuda de la que apenas se benefició, empujándola a la precariedad y la pobreza.
En Kenia, en estos momentos se vive una gran rebelión popular, enfrentamientos entre jóvenes manifestantes con la policía, el Parlamento está dividido. La juventud, la generación Z, está mostrando al mundo que la soberanía de un país reside en el pueblo.
Trabajadora social, doctorada en Administración y Política Pública por la UPV/EHU y activista por los Derechos Humanos