El balance de palestinos muertos a causa de la ofensiva militar lanzada por Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ascendió a más de 30.500, según informaron ayer las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista.

El Ministerio de Sanidad gazatí recalcó que “el balance de la agresión israelí asciende a 30.534 mártires y 71.920 heridos desde el 7 de octubre”. Así, especificó que “la ocupación israelí cometió trece masacres contra familias en la Franja durante las últimas 24 horas, dejando 124 mártires y 210 heridos”, antes de alertar de que un número indeterminado de víctimas “siguen bajo los escombros o tiradas en las carreteras”.

“La ocupación evita que las ambulancias y los equipos de Defensa Civil lleguen a ellas”, ha denunciado, por lo que el balance de fallecidos podría ser superior.

Posteriormente, la oficina de prensa de las autoridades de Gaza señaló en un comunicado en su cuenta en Telegram que entre los muertos hay 13.430 niños, incluidos 15 muertos por desnutrición, al tiempo que ha cifrado en 7.000 los desaparecidos, “el 70 por ciento de los cuales son mujeres y niños”, desde el inicio de la “guerra genocida”.

Asimismo, recalcó que entre los fallecidos hay 364 trabajadores médicos, 132 periodistas y 48 integrantes de la Defensa Civil, antes de recalcar que alrededor de 17.000 niños “viven ahora sin sus padres o sin uno de ellos”.

Las autoridades gazatíes detallaron que 11.000 heridos “necesitan viajar al extranjero para recibir tratamiento médico”, mientras que 10.000 pacientes de cáncer “hacen frente al riesgo de muerte” y 60.000 embarazadas “están en riesgo por la falta de acceso a atención sanitaria”.

Por otra parte, destacaron que 350.000 pacientes con enfermedades crónicas están en riesgo por la falta de medicamentos, mientras que ha elevado a 700.000 los casos de enfermedades “como resultado del desplazamiento”, entre ellos 8.000 casos de hepatitis viral.

En lo relativo a los daños materiales, denunció la destrucción total o parcial de más de 400 centros educativos, 500 mezquitas, tres iglesias y 360.000 unidades de vivienda. Además, 32 hospitales y 53 centros sanitarios han quedado fuera de servicio, tras 155 ataques contra “instituciones médicas” en Gaza.

Israel lanzó su ofensiva contra el enclave tras los citados ataques de Hamás, que dejaron 1.200 muertos y 240 secuestrados. A estos balances de víctimas se suman más de 400 palestinos muertos en Cisjordania y en Jerusalén Este a manos de las fuerzas de seguridad de Israel y en ataques ejecutados por colonos.

Mientras, en Cisjordania un niño de 10 años murió ayer y otras dos personas más resultaron heridas por disparos del Ejército de Israel durante una operación militar llevada a cabo en Burín, al sur de la ciudad de Nablús, en medio del incremento de las incursiones por parte de las tropas israelíes en Cisjordania. El menor murió después de recibir un impacto de bala en la cabeza.

El apunte

Líbano. El mediador estadounidense Amos Hochstein alertó ayer en Beirut de que la potencial consecución de un cese de hostilidades en la Franja de Gaza no tiene por qué extenderse “de forma automática” a la frontera entre Israel y el Líbano, donde el grupo chií libanés Hizbulá y el Ejército israelí llevan enzarzados en un fuego cruzado desde el 8 de octubre. “Estados Unidos y sus socios están trabajando incansablemente para poder conseguir un acuerdo de alto el fuego en Gaza”, advirtió.