El Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza ha elevado este viernes a cerca de 25.000 fallecidos el balance de víctimas mortales en este territorio desde el inicio de la ofensiva militar israelí el pasado 7 de octubre, en represalia a los atentados perpetrados por el grupo islamista Hamás y que dejaron unos 1.200 muertos.

El Gobierno gazatí, controlado por Hamás, tiene constancia de al menos 24.762 muertos, después de sumar 142 víctimas en las últimas 24 horas. La cifra de heridos, por su parte, asciende a 62.108, según este balance oficial, al que Naciones Unidas concede credibilidad.

Las autoridades locales han advertido de que hay zonas inaccesibles y, por tanto, teme que pueda haber víctimas sepultadas bajo los escombros. La situación humanitaria es también límite y más de 1,9 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde el inicio del conflicto, en su mayoría para refugiarse en zonas del sur que ahora están igualmente amenazadas.

Denuncia de la ONU

La oficina de la ONU para los Derechos Humanos ha denunciado a través del jefe de su oficina para los Territorios Palestinos Ocupados, Ajith Sunghay, que la Franja de Gaza es a día de hoy una "olla a presión", tal como él mismo ha constatado en una visita a la ciudad de Rafá, y ha advertido de que la población necesita de manera "urgente" un aumento de la ayuda humanitaria y medidas de protección.

En Gaza, hay "una crisis masiva de Derechos Humanos", ha lamentado Sunghay, al recordar que miles de personas siguen llegando "desesperados" desde otras zonas de la Franja. "He visto a hombres y niños buscar ladrillos para poder levantar tiendas con bolsas de plástico", ha relatado.

El responsable de la ONU ha sido testigo además del ambiente de "confusión y medio" que ha provocado el corte de los servicios de comunicación o del "caos" que supone para los gazatíes no tener acceso a servicios ni suministros básicos. En el centro y el sur de Gaza, "los potentes bombardeos son claramente visibles y audibles" desde Rafá, "varias veces cada hora".

"La noche es sin duda el momento más aterrador para la población, incluso en Rafá. Y también pienso que los más de cien civiles que siguen como rehenes (tras los atentados de Hamás), a los que no vemos, oyen sin duda los mismos sonidos y sienten el mismo miedo", ha añadido.

Sunghay ha subrayado que sobre el terreno el llamamiento es unánime en favor de "un alto el fuego inmediato", al tiempo que ha pedido que se respeten los Derechos Humanos y que todos los rehenes sean liberados. "Estos horrores no pueden normalizarse", ha enfatizado este viernes.   

Situación de los presos

Sunghay también ha aprovechado su viaje para reunirse con palestinos detenidos por las fuerzas israelíes durante periodos que oscilan entre los 30 y los 55 días. Aseguran que "fueron golpeados, humillados, sometidos a malos tratos que podrían equipararse con la tortura", como por ejemplo tener los ojos vendados durante días o no disponer de una mínima higiene.

Para la ONU, estos testimonios vienen a confirmar un patrón que ya venía detectando y que, según Sunghay, obliga a las autoridades israelíes a adoptar medidas "urgentes" para garantizar que cumple el Derecho Internacional. "Si Israel no puede demostrar razones de seguridad imperativos para todas las personas que siguen detenidas, debe imputarlas o liberarlas", ha agregado, ya que gran parte de estos reclusos permanecen recluidos bajo lo que se conoce como detención administrativa.

Asimismo, ha llamado a investigar cualquier abuso y a garantizar que no vuelvan a producirse, toda vez que "las víctimas y sus familias tienen derecho a la verdad, la justicia y la reparación", en palabras del portavoz.