Al menos tres personas han muerto por nuevos ataques rusos sobre la localidad ucraniana de Jersón, en el este del país, en una madrugada marcada de nuevo por las operaciones con drones kamikaze, táctica recurrente de las Fuerzas Armadas de Rusia para evitar riesgos para sus tropas.

El gobernador de Jersón, Oleksandr Prokudin, ha informado del impacto de un proyectil en un edificio residencial de la capital regional. Como resultado, murieron un matrimonio octogenario, mientras que los servicios de emergencia han descubierto un tercer cadáver entre los escombros en otra zona de la ciudad.

Además otros nueve civiles, entre ellos un menor de 15 años, fueron heridos en los ataques, mientras que sufrieron daños también varias infraestructuras sanitarias, educativas y relacionadas con el suministro esencial, entre otros.

La Fuerza Aérea de Ucrania estima que el país ha sufrido los ataques de 15 drones, de los cuales 14 han sido derribados por los sistemas de defensa antiaérea. Las aeronaves habrían sido lanzadas desde la región de Primorsko-Ajtarsk, situada en la zona sur de Rusia, a orillas del mar Negro.

Las administraciones militares de un total de 11 regiones ucranianas informaron de ataques rusos con drones, aviación, misiles y artillería en las últimas 24 horas, a consecuencia de las cuales murieron al menos tres civiles en Jersón (sur).

A lo largo de la jornada de ayer, un civil de 69 años había muerto en la localidad de Stanislav de esa misma zona.

En otras regiones como Chernígov (norte), Dnipropetrovsk (centro) o Mikoláiv y Zaporiyia (sur), se registraron impactos de misiles de diferentes tipos, fuego de artillería y drones kamikaze.

En el frente del Donbás, en Donetsk la artillería rusa dejó seis civiles heridos, mientras que en Luhansk las fuerzas rusas emplearon la aviación y lanzaron drones, según la administración militar de esa región.