El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha acusado a Israel y al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) de perpetrar acciones en el marco de su actual conflicto que serían constitutivas de crímenes de guerra y ha reclamado el fin inmediato de la violencia para tratar de "buscar una alternativa a esta carnicería".

Desde el inicio de la ofensiva israelí como respuesta a los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre, "ningún sitio es seguro" en Gaza, por lo que la portavoz del Alto Comisionado, Ravina Shamdasani, ha criticado que el Ejército de Israel haya pedido a la población gazatí que abandone ciertas zonas al tiempo que mantiene un férreo bloqueo que impide no sólo la entrada de suministros en la Franja sino también la huída de la población.

El traslado forzoso de ciudadanos, ha advertido, representa un crimen de guerra, al igual que también lo puede ser bombardear de forma indiscriminada zonas densamente pobladas o instalaciones protegidas y ejercer una suerte de "castigo colectivo" sobre el conjunto de la población, que vive ya sometida a una "catástrofe humanitaria" sin comida, electricidad, combustible y agua.

"La falta de combustible lleva al cierre de hospitales y panaderías. La gente termina en refugios en condiciones cada vez más duras, saturados, sin apenas saneamiento y bebiendo agua en mal estado, lo que acerca el fantasma de que haya brotes de enfermedades", ha señalado este viernes la portavoz.

Shamdasani ha pedido además el fin del lanzamiento de "ataques indiscriminados" contra territorio israelí, al tiempo que ha reclamado la liberación "inmediata e incondicional" de todos los civiles secuestrados por Hamás. "La toma de rehenes también es un crimen de guerra", ha remachado.

El Alto Comisionado, Volker Turk, aboga por trabajar en favor de la paz, para lo cual es necesario un cese inmediato de los combates que requiere que "todos aquellos actores con influencia negocien".

7.326 palestinos muertos y 18.967 heridos

El número de víctimas por los bombardeos de Israel contra la Franja de Gaza, controlada por el grupo islamista palestino Hamás, ha ascendido a 7.326 muertos y 18.967 heridos, informó este viernes el Ministerio de Sanidad gazatí.

Entre los fallecidos hay 3.038 menores, 1.726 mujeres y 414 ancianos, que han perdido la vida desde el pasado 7 de octubre, cuando comenzó la guerra entre Israel y Hamás tras el ataque de los islamistas contra territorio israelí que dejó 1.400 muertos. 

Entre 300.000 y 400.000 palestinos podrían seguir actualmente en el norte de Gaza, el principal objetivo desde hace tres semanas de los bombardeos israelíes en su campaña contra Hamás, indicó hoy la coordinadora de Naciones Unidas para los Territorios Palestinos, Lynn Hastings.

"Necesitamos poder enviar ayuda a esa gente", indicó en rueda de prensa telemática desde Jerusalén, explicando que las autoridades israelíes no permiten la actuación de las agencias humanitarias de Naciones Unidas en esa zona.

"Más de 200 rehenes en cautividad (secuestrados el 7 de octubre por el brazo armado de Hamás) necesitan ser liberados de forma inmediata e incondicional, pero de la misma manera, la ayuda humanitaria tiene que llegar a Gaza sin condiciones", aseguró Hastings a la prensa acreditada ante la ONU en Ginebra.

Bloqueo de visados

Preguntada sobre los desencuentros entre la ONU y las autoridades israelíes, que esta semana amenazaron con dejar de extender visas a los empleados de la organización internacional y sus agencias humanitarias, Hastings aseguró que por ahora no se han materializado esas amenazas.

"Nos han informado de que por ahora esa orden de no dar visas no se ha dado", afirmó, señalando que "Naciones Unidas sigue en comunicación, mediante los canales habituales, con los responsables de Israel para lograr los visados que necesite nuestro personal".

Matizó, no obstante, que algunas agencias de la ONU ya tenían problemas para lograr visados de acceso a Israel y Palestina antes del estallido actual de hostilidades, particularmente la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que llegó a pasar dos años y medio sin lograr esos documentos de entrada.

Hastings detalló por otro lado que Naciones Unidas calcula que unos 7.000 ciudadanos extranjeros permanecen en Gaza, negociando su salida de la franja ante la difícil situación de seguridad y humanitaria.