La estructura del techo de La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, sufrió este martes daños severos al realizase la detonación controlada de un dron con explosivos que durante la madrugada alcanzó a posarse sobre el tejado de esta prisión.

La Policía Nacional de Ecuador, encargada de neutralizar el artefacto explosivo, señaló a través de sus canales oficiales que la detonación no causó víctimas ni heridos.

Una parte importante del techo que cubre el patio de la prisión quedó al descubierto luego de la explosión, como se aprecia en una fotografía aérea difundida por el ministro del Interior, Juan Zapata.

TRASLADO DE PRESOS

Antes de la explosión también fueron trasladados algunos presos de la vecina Cárcel Regional de Guayaquil que se encontraban más próximos al perímetro de La Roca, según precisó también Zapata.

En las cárceles de Guayaquil existen precedentes de ataques de explosivos con drones así como de ingreso de objetos prohibidos como armas mediante estos objetos voladores, en el marco del enfrentamiento entre bandas criminales que controlan internamente las prisiones y que han asesinado a más de 400 presos desde 2020 en distintas masacres carcelarias.

Hasta la pasada semana se encontraba en La Roca el líder de la banda criminal Los Choneros, Adolfo Macías 'Fito', que retornó a la Cárcel Regional de Guayaquil gracias a una orden judicial que revocaba su ingreso en la prisión de máxima seguridad.

'Fito', había sido trasladado a La Roca pocos días después del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien le había señalado como el presunto origen de las amenazas de muerte que había recibido días antes del crimen.

El ministro de Gobierno, Henry Cucalón, confirmó este martes que, pese a que está en completo desacuerdo, el Gobierno acató la medida judicial y retornó a "Fito" a la Cárcel Regional de Guayaquil, una prisión que internamente está controlada por Los Choneros.

Ecuador vive una ola de violencia que las autoridades atribuyen al crimen organizado, dedicado principalmente al narcotráfico, que ha hecho que el país pase en cinco años de 5,8 a 25,32 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2022, la cifra más alta desde que se tiene registro, y que según los expertos puede llegar este año a 40.