La ONU alertó hoy del aumento de los casos de violencia sexual en situaciones de conflicto y pidió a todos los gobiernos medidas urgentes para acabar con la impunidad.

"Las violaciones en grupo, la esclavitud sexual y otras formas de violencia sexual se están usando como una táctica de guerra, tortura y terrorismo para someter y desplazar a poblaciones", denunció ante el Consejo de Seguridad Pramila Patten, la representante especial de Naciones Unidas para esta cuestión.

Según Patten, la violencia sexual está empeorando a nivel global con la proliferación de las guerras, en un momento en el que se registra el mayor número de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial y en el que el número de desplazados alcanza niveles récord.

En 2022, la ONU verificó al menos 2.455 casos de violencia sexual en conflictos en todo el mundo, pero la organización subraya que sin duda la cifra real es mucho mayor. "Sabemos que por cada mujer que da un paso adelante, muchas más quedan silenciadas por presiones sociales, estigma, inseguridad y escasez de servicios", dijo Patten.

La impunidad es uno de los grandes problemas, según la ONU, que hoy reclamó acciones a los estados miembros. "La realidad es que hasta que no elevemos de forma efectiva el coste y las consecuencias por cometer, ordenar o condonar la violencia sexual, nunca detendremos la marea de estas violaciones", insistió Patten.

En ese sentido, defendió entre otras cosas que la imposición de sanciones a partes de conflictos puede cambiar su "cálculo" que a menudo ve la violación como algo "sin costes o incluso beneficioso en la política económica de la guerra".