El río Dniéper, el mayor de Ucrania, se convierte con la retirada rusa del norte de la región de Jersón en frontera natural y primera línea de frente entre los Ejércitos de Ucrania y Rusia en el sur del país. “En estas condiciones la opción más razonable es organizar la defensa en la barrera natural del río Dniéper”, dijo el general ruso Serguéi Surovikin, comandante de las fuerzas rusas que combaten en Ucrania.
El Dniéper, el cuarto río más grande Europa con más de 2.200 kilómetros de largo, es para Ucrania lo que el Volga para Rusia, ya que cruza su territorio desde la frontera con Bielorrusia al mar Negro.
Nace en territorio ruso, baña la capital ucraniana, Kiev, y en su curso bajo divide las regiones sureñas de Zaporiyia y Jersón, anexionadas a finales de septiembre por el Kremlin.
Incluso sin contar el gran embalse de Nueva Kajovka, el Dniéper puede alcanzar en el sur de Ucrania entre 10 y 20 kilómetros de anchura por lo que es una barrera infranqueable si el enemigo controla una de las dos orillas. “Pocos pájaros pueden cruzar ni siquiera la mitad del Dniéper. ¡Grandioso! Este río no tiene parangón en el mundo”, dijo Nikolái Gogol, literato ucraniano que escribía en ruso.
A día de hoy, Rusia controla ambos márgenes, pero el suministro a Ucrania de las lanzaderas de misiles estadounidenses HIMARS hizo inviable la defensa de la orilla derecha por parte del Ejército ruso, debido al bombardeo de puentes y pontones, además de arsenales y bases militares en la retaguardia.
Los rusos intentaron abastecer durante semanas a sus tropas y a los cientos de miles de personas que vivían en el margen derecha, pero la peligrosidad de la ruta y la llegada del invierno truncaron esos planes.