El primer ministro de Israel, Yair Lapid, visitó ayer Cisjordania ocupada en medio del actual repunte de tensión, tras la muerte el miércoles de un soldado israelí y en el marco de choques armados casi diarios por redadas israelíes, que ayer se saldaron con la muerte de otro joven palestino.

“Israel seguirá arrestando a terroristas y frustrando la actividad terrorista sobre terreno”, declaró Lapid, durante una reunión en la sede del Servicio de Inteligencia Interior israelí (Shin Bet) en el norte de Cisjordania, donde apeló a seguir actuando con “mano dura” y “determinación”, y a su vez a intentar mantener “la normalidad”.

El jefe de Gobierno en funciones criticó también a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con un autogobierno limitado en partes de Cisjordania, a la que el Gobierno israelí acusa de no tomar todas las medidas necesarias o estar perdiendo el control ante los grupos armados palestinos y los supuestos intentos de ataque contra Israel. “Esperamos que la Autoridad Palestina asuma la responsabilidad y luche contra el terrorismo”, aseveró Lapid, en unas declaraciones ya repetidas estos últimos días que han generado tensiones con el liderazgo palestino, que acusa a su vez a Israel de acrecentar el ciclo de violencia en Cisjordania con sus constantes operaciones.

Las fuerzas de seguridad israelíes aplican desde hace seis meses amplias redadas en el norte de Cisjordania, en los distritos de Yenín y Nablus, después de que en marzo y abril pasados se registraran seis ataques por parte de árabe-israelíes y palestinos que se saldaron con 18 muertos en Israel.

En lo que va de 2022, los incidentes violentos y las incursiones israelíes se han saldado ya con un centenar de muertos palestinos, según el recuento del Ministerio de Sanidad palestinos.