El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha reclamado la creación de una "zona de seguridad" en torno a la central nuclear de Zaporiyia, de tal forma que cesen los bombardeos en los aledaños de unas instalaciones donde, en palabras de los expertos, la situación es "insostenible" a día de hoy.

El OIEA se ha mostrado "gravemente preocupado" por la situación de la mayor central de Europa, en un informe de 52 páginas con el que ha hecho balance de la visita efectuada la semana pasada por una delegación encabezada por el director de la agencia, Rafael Grossi. Dos expertos permanecen aún en la central.

El equipo observó también "la presencia de personal militar ruso, vehículos y equipos en diversos lugares en Zaporiyia, incluidos varios camiones militares en la planta baja de las salas de turbinas de la Unidad 1 y la Unidad 2, así como vehículos militares estacionados bajo el paso elevado que conecta las unidades del reactor".

Por ello, el OIEA ha recomendado a Moscú que desplace cuanto antes los vehículos de las áreas en las que puedan interferir con el funcionamiento de los sistemas y equipos de seguridad y protección, al tiempo que ha pedido que se detengan los bombardeos en la zona.

"Esto requiere el acuerdo de todas las partes pertinentes para el establecimiento de una zona de protección de seguridad tecnológica y física nuclear alrededor de Zaporiyia", reza el texto, que agrega que los continuos combates podrían tener "consecuencias más graves".

Así, el OIEA ha resaltado que "debe evitarse" cualquier bombardeo que ponga en peligro la seguridad de Zaporiyia. "El equipo militar presente en el sitio y los intercambios militares que ocurren cerca de áreas vitales socava el sistema de protección física", ha dicho.

Con respecto al entorno laboral en la central, el organismo ha señalado en su informe que, mientras que el personal habitual para tres turnos sería de 1.230 personas, actualmente hay solo 907 empleados.

"El personal ucraniano que opera la planta bajo ocupación militar rusa está bajo constante estrés y presión, especialmente con el personal limitado disponible. Esto no es sostenible y podría conducir a un error humano con implicaciones para la seguridad nuclear", ha señalado.

Los recelos del OIEA se extienden también a los constantes cortes en las conexiones de la central con la red eléctrica ucraniana --ha ocurrido "total o parcialmente" en varias ocasiones, la última de ellas esta misma semana--.

En este sentido, ha recordado que el suministro eléctrico es clave para mantener instalaciones esenciales como los sistemas de refrigeración de los reactores y, por tanto, para la seguridad del conjunto de la central.