Ucrania atacó ayer un arsenál de munición ruso situado en el distrito de Dzhankoi, en el norte de Crimea. Al menos dos personas resultaron heridas como consecuencia de la explosión en la base militar rusa, una semana después de que sucediera un ataque similar en un aeródromo militar del oeste de la península.

Crimea se convirtió así en objetivo enemigo por primera vez tras casi seis meses de combates en Ucrania. Se trata de la primera vez que el mando ruso admite un sabotaje en la península anexionada en 2014, aunque en ningún momento llegó a acusar directamente a Kiev. Mientras, Ucrania, al igual que hace una semana, tampoco reivindicó el ataque, pero dio a entender que el de ayer no sería el último.

El gobernador de Crimea, Sergei Aksenov, informó de que la vida de los dos heridos no corre peligro. Asimismo, también indicó que se acordonó la zona alrededor de cinco kilómetros desde el lugar del incidente. “Más de 3.000 personas han sido evacuadas de los asentamientos de Maiskoye y Azovskoye. Han sido alojadas en varios centros de alojamiento temporales, principalmente en escuelas”, explicó.

Ucrania lo celebra

Por su parte, el presidente del Mejlis del pueblo tártaro de Crimea, Refat Chubarov, celebró ayer lo ocurrido como un “certero golpe militar” sobre las instalaciones rusas.

En esa línea se manifestó a través de las redes sociales el asesor de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, quien describió lo ocurrido como parte de la “desmilitarización” de Crimea.

“Permítanme recordarles una vez más que la Crimea de un país normal es la del mar Negro, las montañas, el recreo y el turismo. Y la Crimea ocupada por los afines a Rusia trata de explosiones en almacenes y de el cada vez mayor peligro de muerte para invasores y ladrones”, escribió.

La semana pasada se registraron varias explosiones en el aeródromo militar de Saki, situado en el oeste de la península de Crimea. Estos incidentes ocurrieron como consecuencia de la detonación accidental de municiones, con un balance de cinco heridos hasta el momento del cierre de esta edición.

“Sabotaje” en Kursk

El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) informó ayer de tres actos de sabotaje contra líneas eléctricas de la central nuclear de Kursk, situadas en la frontera con Ucrania. El FSB atribuyó estos actos a grupos ucranianos.

“Los días 4, 9 y 12 de agosto grupos de saboteadores ucranianos atentaron contra seis torres de alto voltaje en el distrito Kurchatov de la región de Kursk, que suministraban energía a la central nuclear de Kursk”, indicó un comunicado citado por la agencia Interfax.

Las acciones de los saboteadores llevaron a “infracciones en el proceso tecnológico del funcionamiento de la central de Kursk”, agregó el comunicado.

Según señaló el FSB, el Comité de Instrucción inició causas penales para investigar los sucesos. Además, se reforzó la seguridad de las instalaciones vinculadas con la planta atómica.

La central nuclear de Kursk, construida en la década de 1970, consta de cuatro reactores nucleares de los que están en funcionamiento solo tres. Fue la segunda central nuclear en la Unión Soviética de tipo RBMK construida, justo después de Leningrado.

En corto

Un “golpe militar certero”

Reacción de Ucrania. Refat Chubarov, presidente del Mejlis del pueblo tártaro de Crimea, celebró el incidente en el depósito de municiones de la base militar rusa y lo califica como un “certero golpe militar” sobre las instalaciones de del país que inició la invasión en suelo ucraniano el 24 de febrero de 2022. En la misma dirección, el asesor de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, describió los incidentes como parte de la “desmilitarización” de Crimea. Padoliak aprovechó para explicar que la Crimea ocupada por los afines a Rusia vive explosiones en almacenes y sufre un “cada vez mayor” peligro de muerte.