CANADÁ es desde ayer el segundo país del mundo, después de Uruguay, y el primero industrializado y miembro del G7, donde es legal el consumo recreativo de marihuana. La legalización del uso lúdico de la marihuana fue una promesa electoral del actual primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y fue aprobada por el parlamento canadiense el pasado 20 de junio.

Se trata de una iniciativa que ha sido criticada por la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudd).

La legislación sobre la marihuana en el mundo es diversa. Su uso con fines médicos está bastante admitido -Canadá fue el primer país que lo reguló, en 2001-, pero su uso recreativo está mucho más limitado. Hay países que castigan no solo el cultivo y el tráfico, sino también el consumo, mientras que en otros su utilización en pequeñas dosis es legal o simplemente se tolera, como ocurre en Holanda, donde desde los años 70 funcionan los llamados coffee shops, en los que los mayores de 18 años pueden comprar y consumir cannabis.

Por su parte, Uruguay aprobó en diciembre de 2013, bajo el Gobierno de José Mujica (2010-2015), una ley pionera en el mundo que legalizó y dejó en manos del Estado la producción, distribución y venta controlada de la marihuana.

El reglamento de dicha ley, que entró en vigor en mayo de 2014, permite a los consumidores previamente registrados comprar marihuana en farmacias especialmente habilitadas, hasta un máximo de cuarenta gramos por mes; acceder a ella a través de clubes cannábicos, o cultivar en casa hasta seis plantas que produzcan no más de 480 gramos por cosecha. Además, en febrero de 2015 Uruguay autorizó la producción de marihuana para la investigación científica y uso medicinal.

En Estados Unidos una treintena de estados permiten el uso de la marihuana medicinal y en nueve, más el distrito de Columbia, se puede vender y consumir marihuana para uso recreativo de forma legal. Los estados de Washington y Colorado legalizaron dicho uso ya en 2014. En otros lugares la marihuana no es legal, aunque se admite el consumo privado y en pequeñas cantidades.

En Jamaica, país donde la marihuana está muy arraigada culturalmente, en 2015 una enmienda legal autorizó el consumo y cultivo de pequeñas cantidades con fines de investigación, medicinales o religiosos. Se despenalizó el consumo de menos de dos onzas (56 gramos) y se acordó permitir el cultivo a nivel particular de hasta cinco plantas.

También en Sudáfrica, el pasado septiembre, el Tribunal Constitucional declaró nula la ley que prohibía el consumo de marihuana en el domicilio por parte de adultos, aunque su uso en espacios públicos sigue estrictamente prohibido. El tribunal también ordenó al Parlamento redactar una nueva ley, en un plazo de dos años.

Por lo que se refiere a Europa, el consumo de marihuana con fines recreativos y en pequeñas cantidades está despenalizado o no supone excesivos problemas legales en países como Holanda, Bélgica, España, Portugal, Alemania o la República Checa, mientras que en otros se considera delito y se castiga con multas, servicios a la comunidad o penas de cárcel. - Efe