El gran interrogante de la moneda en Escocia
Según el profesor de la Universidad de Edimburgo Sevi Rodríguez, la opción “más obvia” tras la independencia es mantener la libra pero, a largo plazo, apuesta por el euro
En tan solo un mes los habitantes del norte de la isla tomarán una de las decisiones que marcarán la Historia de Escocia. Ante un evento de este calibre, las incertidumbres son muchas. Sin embargo, la moneda que utilizaría el nuevo país es uno de los ámbitos que más polémica está creando. Mantener la libra es la primera opción propuesta por los nacionalistas. Sin embargo, la creación de una divisa propia o, incluso, la adopción del euro a largo plazo son escenarios posibles si el 18 de septiembre se vota por la separación.
En cualquier caso, el debate se centra en la creación de una “zona esterlina” junto al resto de Reino Unido. Esta es la propuesta nacionalista desestimada ya por el gobierno británico que ha insistido en repetidas ocasiones en que si Escocia se independiza “se separa también” de la moneda. El gobierno escocés, por su parte, argumenta una y otra vez que la “libra es tanto de los ingleses como nuestra” y, por lo tanto, recalcan que la mantendrán si se votara a favor de la separación.
Periodistas como Iain Macwhirter comparten la opinión del Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés). Desde su punto de vista, cuando Inglaterra y Escocia se unieron en 1707, la libra se creó como “producto de la asociación de dos naciones” por lo que, según el escritor, “que una parte reclame exclusividad viola, precisamente, el espíritu de la Unión que tanto desean mantener”. La cuestión pasa también, por la manera en la que se mantiene la libra.
Por un lado, con un acuerdo con el resto de Reino Unido y el Banco de Inglaterra como banco central de ambos países. Sería, en la práctica, una especie de eurozona con tan solo dos miembros que para el profesor de Economía de la Universidad de Edimburgo Sevi Rordríguez Mora, incluiría “la necesidad de tener políticas fiscales coordinadas en las que, debido al peso demográfico, Inglaterra llevaría la voz cantante”.
La tendencia de los escoceses siempre ha sido la de votar por formaciones más progresistas mientras que al sur de la frontera los conservadores cosechan la mayoría de votos. Dentro de una unión monetaria, los gobiernos de la zona norte tenderían a tener un gasto público mayor que los del sur. Al ser éstos últimos los que tienen la prioridad, los sucesivos ejecutivos escoceses no podrían llevar a cabo el gasto público que desearían.
Esterlinización Si Londres se negara a crear esta unión monetaria, Escocia aún podría utilizar la libra como divisa, pero de manera unilateral. Sevi Rodríguez asegura que ésta es la opción “más plausible” a corto plazo y que “no supondría un desastre” tal y como la campaña unionista ha dejado entrever. El profesor de economía señala que, como desventaja, el país perdería la capacidad de fijar los tipos de intereses, ya que quedarían en manos del Banco de Inglaterra donde Escocia no tendría representación.
Sin embargo, podría llevar a cabo las políticas fiscales que quisiera ya que los gobiernos no tendrían ningún obstáculo para fijar el gasto público que considerasen adecuado. Esta vía la han llevado a cabo países como Irlanda, donde se utilizó la libra durante 50 años después de su independencia. Así, Macwhirter defiende que mantener la libra como moneda única, porque es lo “más práctico para dos socios comerciales situados en una misma isla”.
Sevi Rodríguez, sin embargo, aboga por la creación de una moneda propia que “aunque entraña riesgos, tiene ventajas como la de poder elegir los tipos de interés”. En cualquier caso, si se votara por la separación, Escocia comenzaría su camino como estado independiente en el año 2016, un espacio de tiempo insuficiente, según el experto, para poner en marcha una nueva divisa.
entrada al euro En su opinión, “a pesar de que a corto plazo la libra es la opción más factible y a medio plazo se podría hablar de una moneda propia; a largo plazo, lo más razonable es que se adopte el euro”. Rodríguez augura en 20 años una eurozona fuerte con una organización monetaria similar a la de los Estados Unidos. El experto señala que “la pérdida de prestigio del euro ha sido enorme y, hoy por hoy, la sociedad escocesa es euroescéptica en ese sentido”.
A pesar de ello, se muestra sorprendido con el cambio de rumbo del SNP y resalta que “hace siete años, Alex Salmond decía que Escocia se integraría en el euro”. Desde su punto de vista, el efecto que la crisis económica ha tenido en la psique de los escoceses es la razón para que la entrada en la eurozona se retrase. Sin embargo, según Rodríguez, “el amor del SNP por la libra es sobrevenido por las circunstancias ya que su prioridad era el euro, y como suele ocurrir en estos casos, no suele ser muy sincero”.
Más en Mundo
-
Zelenski pide presionar más a Rusia para que tome "medidas reales" para el fin de la guerra
-
Marruecos anuncia la reapertura de su embajada en Siria cerrada desde 2012
-
Trump anuncia que hablará con Putin y Zelenski el lunes para poner fin a un "baño de sangre" en Ucrania
-
Erdogan anuncia negociaciones con Irak para la entrega de las armas del PKK