Bilbao

Cuando era niño, Hugo Chávez quería ser jugador de béisbol. Su gran sueño era ser pitcher de las Grandes Ligas y ser aclamado por el público. En 1969, su héroe, Néstor Látigo Chávez, murió en accidente de tráfico y el ahora fallecido mandatario venezolano, que entonces tenía 14 años, no acudió a clase durante dos días a causa de la pena que sintió. Chávez nació y creció en Sabaneta, una localidad de la región llanera de Barinas, con su abuela Rosa Inés, la primera en transmitirle su interés por los temas sociales.

"De la mano de su abuela, a la que llamaba Mamá Rosa, aprendió a leer y a escribir antes de entrar a primer grado. Al lado de ella supo de las injusticias de este mundo y conoció la estrechez económica y el dolor, pero también la solidaridad. De sus labios, extraordinaria narradora, recibió sus primeras lecciones de historia del país, mezclada con leyendas familiares", narra el periodista Luis Hernández Navarro. Su abuela le habló, por ejemplo, de su bisabuelo, el legendario coronel guerrillero Pedro Pérez Delgado, Maisanta, una historia que le apasionó.

Chávez es el segundo de los seis hijos -todos hombres- de los profesores de primaria Elena Frías -que tenía 17 años al casarse- y Hugo de los Reyes Chávez, un matrimonio humilde que veía cómo iba aumentando la familia y no podía hacerse cargo de ella. Vivían en una casa de tejado de palma, con paredes y suelo de barro que se inundaba cuando llovía, y sin luz eléctrica. Siendo aún muy niños, Hugo y su hermano Adán, el primogénito -un año y dos meses mayor que él-, fueron entregados a la abuela paterna para que cuidara de ellos. Chávez solía recordar su infancia como "muy pobre, pero muy feliz". Su madre quería que fuera cura, por lo que de niño fue monaguillo. Por aquel entonces, le encantaba también la pintura.

En el libro Hugo Chávez sin uniforme, una historia personal, su tía Joaquina Chávez cuenta: "El primer día que Hugo fue al colegio no lo dejaron entrar. Llevaba unas alpargatitas viajes, las únicas que tenía. La abuela Rosa Inés lloraba y lloraba porque no tenía dinero para comprarle zapatos". En esta biografía no autorizada y criticada por el Gobierno chavista, los periodistas Cristina Marcano y Alberto Barrera aseguran que estas circunstancias, y sobre todo la falta del cariño materno, marcaron la personalidad del líder bolivariano.

El adolescente Chávez era delgado, de pies grandes y más bien feúcho. Así le recuerda José Esteban Ruiz Guevara, historiador local y padre de dos muchachos -Vladimir y Federico- que jugaban con él al béisbol. Guevara también influyó de manera decisiva en el líder bolivariano en aquel entonces. Solía hablarle de historia y política y le introdujo en la lectura.

Carrera militar Gracias a sus cualidades en el béisbol, a los 17 años ingresó en la Academia Militar, un paso que daban muchos jóvenes de origen humilde que veían en las Fuerzas Armadas una manera de labrarse un futuro. Fue en aquellos años cuando comenzó a tomar contacto con la ideología del libertador Simón Bolívar. Leía cuanto encontraba sobre su biografía y el pensamiento del prócer. Más tarde extendió sus inquietudes a Marx, Lenin y Mao. Aprendió, además, de memoria poemas de Neruda y Whitman.

Cuatro años después de ingresar en la Academia Militar, Chávez se graduó como subteniente y recibió el título de licenciado en Ciencias y Artes Militares. El destino hizo que le tocara al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, en su primer mandato (1974-1979), hacerle entrega del sable de subteniente. Casi veinte años después, en el segundo periodo de Pérez, el ya teniente coronel Hugo Chávez Frías lideró un golpe de estado contra él. El libro de Marcano y Barrera contiene partes del diario personal del mandatario, quien tras ese encuentro escribió: "Después de esperar bastante tiempo llegó el nuevo Presidente. Cuando le veo, quisiera que algún día me tocara llevar la responsabilidad de toda una patria, la patria del Gran Bolívar".

La composición de su ideología fue un proceso largo y complejo, en el que influyó decisivamente su hermano mayor, Adán, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Chávez continuó su carrera militar y se involucró en un experimento educativo de las Fuerzas Armadas, preocupado por brindar a los militares formación humanista. El líder bolivariano despreciaba ya entonces a ciertos militares -como los que lideraron el golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile- y aspiraba a unas fuerzas armadas con vocación nacionalista y popular.

En alguna de sus misiones militares, Hugo Chávez conoció de primera mano los movimientos guerrilleros de la frontera de Venezuela con Colombia. Al respecto, el 25 de octubre de 1977 escribió en su diario: "Los soldados no sienten, ni comprenden la razón de ser de su lucha. Simplemente porque sus intereses, como clase social, no coinciden con los objetivos de esta lucha. La guerrilla, en cambio, generalmente, cumple con esos requisitos, necesarios para sobrellevar sacrificios, privaciones y soledades".

Misión bolivariana Sus experiencias, la lectura voraz sobre Bolívar hizo que comenzara a aflorar en Chávez la idea de hacer algo a lo grande, contra el sistema establecido, al estilo de sus ídolos, Bolívar, el Che. El líder bolivariano estaba convencido de que ese era su destino y así lo plasmó en su diario: "Esta guerra es de años, tengo que hacerlo. Aunque me cueste la vida. No importa. Para eso nací. ¿Hasta cuándo podré estar así? Me siento impotente. Improductivo. Debo prepararme. Para actuar", anotó.

Chávez ocupó diversos cargos en las Fuerzas Armadas venezolanas, carrera que compaginó con su implicación política. Así, en 1982, en el aniversario de la muerte de Bolívar, Chávez y otros oficiales hicieron el juramento de Samán de Güere, en el que fundaron el Movimiento Bolivariano Revolucionarios 200 (MBR200). Mientras, en el país, crecía el descontento popular con el sistema bipartidista de Acción Democrática y Copei. Y en 1989, un levantamiento de los barrios pobres de Caracas contra las medidas de austeridad del segundo Gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) fue sofocado a sangre y fuego, trágico suceso que se conoció como el caracazo. Todos estos hechos reforzaron el pensamiento de Chávez y sus compañeros bolivarianos. También fueron las razones de su éxito político, a pesar del inicial fracaso militar.

En la madrugada del 4 de febrero de 1992, Chávez y sus compañeros se levantaron en armas contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. El líder golpista asumió su fracaso en televisión, la primera vez que se presentaba ante los venezolanos, su primera puesta en escena en un medio que años después manejaría tan bien. "Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados", manifestó en una escueta declaración. Aquel día comenzó a forjarse el mito en el que se ha convertido hoy, con su muerte, el comandante-presidente Hugo Chávez. Su acción caló en muchos venezolanos, sobre todo entre las clases más desfavorecidas que llevaban años en el olvido. El humilde llanero de Sabaneta que quería luchar contra la pobreza en su país conectó con la gente.

Pasó dos años en prisión por la asonada golpista, mientras su popularidad crecía y crecía. Su irrupción en la política se dio al mismo tiempo que el colapso del sistema político tradicional. Y en 1998 ganó las elecciones con el 56% de los votos. Chávez nunca abandonó su estilo militar; de hecho, el Ejército ha sido una pieza clave en su gobierno chavista. Por su forma de expresarse, de dirigirse al líder, sus ministros parecían muchas veces soldados. Todo giraba en torno a su figura, se convirtió en el guía de la revolución y encabezó la transformación de Venezuela creyéndose el nuevo libertador. Su lenguaje histriónico e incendiario contra los que señalaba como sus enemigos contribuían a esa imagen. Tras su muerte, los seguidores chavistas sienten ahora un gran vacío, el que deja alguien que durante 14 años ha guiado de forma personalista los destinos del país.

El ascenso de la familia En su ascenso, Chávez nunca se olvidó de su familia, que durante sus años de mandato ha convertido el estado de Barinas en su centro de poder. Su padre, Hugo de los Reyes, fue gobernador durante ocho años (1999-2008). Después le pasó el testigo a su hijo Adán, actualmente en el cargo. Fue el mismo mandatario quien decidió que fuera su mentor político el que aspirara al cargo, algo que no gustó demasiado a Argenis, otros de los hermanos Chávez, la mano derecha del patriarca durante sus años de gobierno regional. Cuando accedió al cargo, Adán expulsó a todos los fieles de Argenis de la administración, y este fue trasladado en 2011 a Caracas para hacerse cargo del suministro eléctrico del país, una de las áreas que peor funcionan en Venezuela. Fue de esta forma como el mandatario afianzó a su hermano mayor en el poder en su estado natal.

Adán es, además, uno de los hombres fuertes del chavismo, que junto con el vicepresidente Nicolás Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el canciller Elías Jaua, el presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, y el gobernador de Zulia, Francisco Arias Cárdenas, deberá encauzar la revolución bolivariana, huérfana de su máximo líder.

Otro de los hermanos Chávez, Aníbal, es alcalde de Sabaneta, mientras que la madre abandonó hace tiempo su humilde vivienda para trasladarse a la gran casa en la que vive con su marido. Ha dejado atrás su vida de profesora de primaria y ahora tiene gustos caros. En Sabaneta, en la casa de palma y barro de la familia Chávez-Frías se levanta ahora un centro de educación preescolar bautizado Mamá Rosa, en homenaje a la abuela paterna que crió al mandatario, aquella que cocinaba dulces de papaya, llamados arañitas, que el pequeño Hugo vendía en una carretilla que empujaba por las calles.