DERA ISMAIL JAN (pakistán). La activista paquistaní de catorce años Malala Yousufzai, resultó herida junto con otra niña tras recibir dos disparos a manos de un talibán en represalia por sus campañas en favor de la educación de las niñas en su país, en un ataque que se produjo ayer martes cuando regresaba a casa desde su escuela. Malala recibió un impacto de bala en la cabeza y, según algunas informaciones, un segundo impacto en el área del cuello. "Dos hombres detuvieron el vehículo, preguntaron quién era Malala y le dispararon a ella y a sus colegas", dijo ayer un responsable policial de Swat, Wazir Badshá, quien reconoció que nadie había sido aún arrestado por la agresión. En estos momentos se encuentra ingresada en un hospital militar y, después de una intervención quirúrgica, los médicos se muestran esperanzados. Otras dos menores también resultaron heridas pero están fuera de peligro. Ahora, su padre espera que recupere la consciencia y pidió a todo el país que "rece por la supervivencia" de su hija. Yousufzai indicó que el tiroteo no impedirá que continúen con su labor. Tras el ataque, "vamos a centrarnos incluso más en nuestro trabajo, con más fuerza", subrayó Yousufzai. Aunque "todos nosotros muriésemos luchando, no dejaríamos este trabajo", añadió. Según su padre, ella "decía frecuentemente: 'estoy satisfecha, estoy haciendo un buen trabajo por mi gente así que nadie puede hacerme nada".

Los talibanes reivindicaron el ataque en un extenso comunicado enviado a medios locales en el que afirmaban que "Estamos a muerte contra la coeducación y el modelo educativo secular, y la 'sharia' nos ordena ir contra él. El texto, firmado por el portavoz de los talibanes, Ensanulá Ehsán, recurre a pasajes del Corán para justificar el ataque a niñas y dice que matar a Malala era una "obligación bajo la 'sharia'". La adolescente fue galardonada con el Premio Nacional de Paz por el Gobierno paquistaní en diciembre de 2011 por sus valientes servicios para promover la paz en las condiciones extremadamente hostiles de Swat. Además, el grupo de defensa de la infancia Kids Rights Foundation nominó a Malala para el Premio Internacional Niños por la Paz, convirtiéndola en la primera niña paquistaní en optar al galardón.

continuas amenazas La familia de la joven activista había sido amenazada. "En un par de ocasiones, recibimos cartas en nuestra casa que decían que Malala dejase de hacer lo que estaba haciendo o el resultado sería muy malo", ha declarado su padre por teléfono. A pesar de las amenazas, Yousufzai había rechazado las ofertas de las fuerzas de seguridad para recibir protección.

Tanto él como su esposa querían brindarle a Malala la oportunidad de tener una infancia normal. "No queríamos que llevase sus libros del colegio rodeada de guardaespaldas", ha comentado Yousufzai. "No podría recibir educación libremente", ha añadido.

La activista, que promovía la educación de las niñas de su país, se empezó a hacer popular en 2009 por escribir un blog para la cadena de televisión BBC en urdu en el que contaba cómo era la vida en Swat bajo el dominio de los talibán. La seguridad en Swat mejoró después de que, en 2009, el Ejército expulsase a los talibán del territorio.

"Nunca imaginé que esto podría suceder porque Malala es una joven inocente", dijo su padre. Cada vez que se recibían amenazas, sus parientes y amigos le decían que tenía que tener cuidado, pero Malala nunca tuvo miedo", indicó. La activista pasó muchas noches en vela por el sonido de los disparos. Además, se vio obligada a huir de su casa con sus dos hermanos pequeños y caminó entre los cuerpos decapitados de quienes, en algún momento, osaron desafiar a los talibán.

Recientemente había empezado a organizar una fundación para conseguir que las niñas pobres pudiesen ir a la escuela, según informó Ahmed Shah, un amigo de la familia. "Ella había planeado crear la Fundación de Educación de Malala en el valle de Swat", aseguró Shah, quien añadió que los talibán solían publicar amenazas contra ella en el periódico. Abdul Majid Mehsud, un hombre paquistaní de la región de Waziristán del Sur, describió a Malala como "la vela de la paz que han tratado de apagar".