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Misión imposible en Bélgica

Un año después de la dimisión del Gobierno, francófonos y flamencos siguen sin acordar cómo reformar el Estado

Misión imposible en BélgicaAFP

LO que estamos viviendo es patético". Estas son las palabras que el presidente permanente de la Unión Europea, el flamenco Herman Van Rompuy, utilizaba hace unos días para definir la situación que vive Bélgica. Un país en el que norte y sur, flamencos y francófonos, caminan en direcciones políticas opuestas. Y buena prueba de ello es que, desde que el rey Alberto II aceptara la dimisión del anterior ejecutivo, ha pasado poco más de un año y nada menos que 305 días desde las elecciones legislativas del pasado 13 de junio.

Desde entonces llevan negociando sin éxito alguno, intentando acordar una reforma de las instituciones del Estado que dote a las regiones de una mayor autonomía, tal y como aspira Flandes frente al rechazo de los partidos francófonos. El pasado viernes, el liberal flamenco Wouter Beke presentó su último informe, el cuarto, al monarca belga. El último paso ahora será poner por escrito sus conclusiones para buscar un acuerdo y lanzar definitivamente las negociaciones entre las partes.

La misión de Beke es triple: encontrar los puntos de convergencia entre norte y sur; relanzar el diálogo entre la Nueva Alianza Flamenca, los grandes vencedores en los comicios en Flandes, y el Partido Socialista, ganador en el sur; y preparar el terreno para la negociación de una coalición de gobierno. Objetivos en los que prácticamente no ha habido avances en un año y que muestran que la fractura entre Flandes y Valonia es más profunda de lo que puede parecer a simple vista.

La crisis política

Desde las elecciones de 2007

Y es que la crisis política no es en absoluto nueva. Lleva instalada con fuerza en la realidad de Bélgica al menos desde las anteriores elecciones, celebradas en 2007, en las que venció el democristiano flamenco Yves Leterme, quien también tardó varios meses en formar su gobierno. Leterme presentó su dimisión como formador del ejecutivo en varias ocasiones y su coalición saltó finalmente por los aires debido a un problema que sigue sin estar resuelto y que causa una enorme fricción entre ambas comunidades: la escisión del distrito electoral de Bruselas-Halle-Vilvoorde y los derechos lingüísticos en estos municipios de la periferia de Bruselas.

Se trata de uno de los grandes problemas sin resolver. Sin ir más lejos, la asociación para la promoción de la francofonía en Flandes presentaba esta misma semana una denuncia ante el Consejo de derechos humanos de Naciones Unidas en Ginebra por la violación sistemática de sus derechos. Se estima que al norte del país viven 367.000 francófonos entre una población de 6,2 millones de personas. También sigue causando enfrentamientos la financiación de Bruselas-capital, su futuro como región, lo mismo que la ley de financiación o la sanidad.

Sobre todo esto llevan meses hablando sin éxito. Es más, mientras tanto, han superado a Irak como el país que más días lleva sin un gobierno con plenos poderes. Ahora el mediador nombrado por el rey, Wouter Beke, hará "un último tour" para poner por escrito las conclusiones de las discusiones que ha mantenido en las últimas semanas "de forma que se pueda entablar una negociación", anunció el viernes el Palacio de Laeken.

Fecha límite

Una o dos semanas

Aunque no hay fecha límite, la prensa flamenca da por hecho que el liberal flamenco tendrá un plazo de entre una y dos semanas para terminar su trabajo. En todo caso, los nacionalistas de la N-VA no quieren perder la posición de liderazgo que mantienen como vencedores de los comicios en Flandes. Su estrategia pasa por hacer frente común y presentar una "oferta flamenca" conjunta con democristianos (CD&V) y Liberales (Open VLD). Frente a las críticas que acusan a los nacionalistas de no querer un gobierno, el brazo derecho de Bart De Wever, la antigua estrella de la televisón flamenca Sigfrieg Bracke, respondía esta semana con dureza. "Por supuesto que queremos un gobierno, un verdadero gobierno, pero no a cualquier precio ni cualquier gobierno".