El Terramar es un coche bien pensado. Esta nueva creación de Cupra adopta hechura SUV, lo que garantiza la sintonía con buena parte del público, y aplica ese estilo a un formato de talla media (4,52 metros); es un poco mayor que el superventas Formentor y algo menor que el eléctrico, y por eso minoritario, Tavascan. Los genes que comparte con ellos determinan el aspecto sugerente y el carácter efusivo del Terramar. Disponible desde 41.190 €, emprende su andadura ofreciendo un menú motriz cabal, con una solución con electrificación ligera (150 CV), otra de gasolina (265 CV) y una tercera híbrida enchufable (272 CV). 

El nuevo SUV viene dispuesto a alterar el equilibrio de la gama Cupra, hoy con una marcada dependencia del Formentor. De hecho, la mitad de los dieciséis mil compradores que han adquirido un producto de la firma en 2024 se ha decantado por él. A partir de ahora, la clientela potencial de Cupra cuenta con una nueva propuesta que apunta más alto en todos los sentidos; en el económico también. 

El Terramar es ligeramente más corpulento que el superventas: mide 4,52 metros de largo, 1,58 de alto, 1,86 de ancho y tiene 2,68 metros entre ejes. También es bastante más capaz. Al añadir siete centímetros de eslora, otros tantos de altura y dos de manga, se convierte en un candidato idóneo para asumir cometidos familiares en los que el Formentor se queda corto. La nueva incorporación plantea cinco auténticas plazas y un buen maletero. La capacidad del mismo fluctúa entre 540 y 642 litros, de 400 a 490 en la versión enchufable, dependiendo de dónde se fije la banqueta deslizante del asiento posterior; como siempre, a más espacio para las piernas, menos hueco para bártulos atrás. 

Cupra dota a esta creación de todos los recursos exigibles a un automóvil contemporáneo de su entidad y precio. El Terramar dispone de medidas de seguridad, confort y ayuda a la conducción de primer nivel. Entra por los ojos gracias su diseño exterior, vistoso pero no excesivamente llamativo. Su ambientación interior, cuidada y un tanto minimalista, hace que la cabina resulte acogedora y confortable. Esa puesta en escena mezcla detalles inusuales como los asientos deportivos tipo ‘bucket’, revestimientos acolchados de tacto agradable, buenos materiales plásticos (muchos procedentes del reciclaje) y pinceladas decorativas en el tono cobre corporativo. El Terramar, que se ensambla en la planta húngara de Györ en la que Audi produce el Q3, trasmite una inequívoca sensación de calidad, semejante a la que sugiere su primo el VW Tiguan. 

Comparte con ellos un elevado nivel de digitalización. Dispone de dos pantallas configurables. Una, de 10,25 pulgadas, hace las veces de cuadro de mandos tras el volante; la otra, de 12,9 pulgadas, va situada en el centro de la consola y permite gestionar el sistema multimedia, bien de forma táctil o bien mediante órdenes de voz. 

El Terramar cultiva la pasión de Cupra por transmitir emociones. Hay fabricantes habituados a concebir y desarrollar automóviles seguros, precisos y fiables para los desplazamientos rutinarios de personas corrientes. La marca derivada de SEAT añade a sus creaciones un plus de vivacidad destinado a satisfacer a quienes disfrutan con un volante entre las manos. 

GAMA

EDICIÓN AMERICA´S CUP

Terramar.  El Terramar toma su denominación de un histórico circuito oval situado en Sitges, instalación en desuso desde hace años. Cupra aprovecha que el lanzamiento de su nuevo modelo coincide con la America´s Cup para sumarse al patrocinio de esta competición internacional de vela. La colaboración da origen a una serie especial conmemorativa compuesta por 1.337 unidades, con equipamiento enriquecido respecto a la puesta en escena VZ, más completa que la inicial. Solamente recurre a las dos motorizaciones superiores, la gasolina de 265 CV y la e-Hybrid de 272, por las que reclama 60.403 y 58.570 euros, respectivamente.