Buenas noticias para los disidentes del dogma SUV: sigue existiendo vida fuera de la órbita del diseño de moda. Škoda, uno de los grandes baluartes de esa ortodoxia, se encarga de demostrar que aún hay mercado, mejor dicho personas, receptivas a propuestas de silueta tradicional. A esa clientela más bien familiar dirige la cuarta entrega del Superb, colosal y acogedora berlina con estampa de toda la vida y tecnología de vanguardia. La ofrece en los dos formatos de carrocería habituales, el clásico de tres cuerpos y el Combi de techo prolongado, con un abanico de motorizaciones pragmático -diésel, gasolina e híbrido enchufable entre 150 y 245 CV- a precios cabales (desde 40.850 euros, sin contar el descuento por financiar).

La demanda de berlinas se ha desplomado tanto que amenaza con llevarlas definitivamente a pique. La vía de agua que dio inicio a su hundimiento coincidió con la eclosión de las creaciones SUV, una moda que parecía efímera pero ha terminado arraigando. La buena aceptación del nuevo estilo por parte del público provocó que los fabricantes se volcaran en la creación de clones de todoterreno de todas las tallas, desdeñando propuestas estéticas cotidianas más minoritarias. Así que las berlinas han ido perdiendo protagonismo por una combinación de desinterés de la clientela y de abandono por parte de los fabricantes; no se puede comprar lo que no sale a la venta. 

Cada vez son menos las marcas que mantienen la apuesta por estos automóviles de estampa convencional. Casi ninguna lo hace con la tenacidad de Škoda. Su Superb es una inagotable fuente de satisfacciones para una parroquia tan escasa como leal, de la que forman parte compradores maduros con familia y profesionales del transporte (siempre ha sido un taxi señorial). La llegada de una cuarta generación estética y técnicamente más avanzada demuestra el tesón y la fe de la marca en su proyecto. La nueva entrega, celebrada por sus fieles, también va a sorprender gratamente a quienes se apean de un ‘cómodo’ SUV y, al montar en una berlina, redescubren las gratas sensaciones de conducir un coche de verdad, ágil y con aplomo debido a su buena aerodinámica y a su bajo centro de gravedad. Para gustos los colores. 

Para propiciar esa libertad de elección, el repertorio de Škoda hace sitio al Superb. Es su buque insignia, al menos por lo que a tamaño se refiere. Mide 4,91 metros de uno a otro paragolpes (un centímetro menos la carrocería Combi), 1,85 de ancho y 1,48 de alto; separa sus ejes 2,84 metros, para sustentar una de las cabinas más amplias del mercado. Ese desahogo se disfruta tanto en las plazas delanteras como en las posteriores. De hecho, el Superb es uno de los pocos automóviles de su clase que permite a un adulto de talla media viajar atrás con las piernas cruzadas. A su espalda el modelo ofrece un cofre de almacenaje de 645 litros (20 más que antes), volumen útil que en el envase familiar aumenta a 510 litros bajo la cortina. 

Así pues, amplitud y confort de marcha son las dos grandes virtudes que distinguen a este modelo. No obstante, el fabricante no ha dejado pasar la oportunidad de revisar la imagen y el contenido aprovechando el salto generacional. Lo hace modulando el discurso estético conocido y asumiendo los progresos técnicos de los nuevos lanzamientos de la casa.

El Superb actual se reconoce por incorporar significativos retoques a su contorno. Los más evidentes son una vistosa parrilla octogonal, acorde al estilo actual de la firma, y unos eficientes faros Matrix LED de diseño Crystallinium. Es la primera vez que el modelo dispone de este avanzado recurso de iluminación; también ofrece en opción faros traseros LED, con intermitentes animados y función Coming/Leaving Home en el acabado superior. Son novedad también los diseños de llantas, el logotipo del capó y las letras del portón trasero. 

Aspecto de la cabina, con cuadro y pantalla digitales. IvoHercik.com

Al acceder a bordo del Superb los ojos se van a la nueva pantalla de información y entretenimiento, de hasta 13 pulgadas. La reordenación de la consola central desplaza el selector de marchas a la columna de dirección. 

El Superb estrena Phone Box con carga rápida inductiva de 15 vatios, provista de ventilación del smartphone. También propone asientos Ergo, adecuados para proteger la espalda, con diez cojines de masaje controlados neumáticamente. Por primera vez ofrece como opción un Head-up Display de proyección de datos. El asistente de voz Laura, que pronto se complementará con ChatGPT, facilita el control de distintas funciones del vehículo y proporciona información online. La nueva generación incorpora avances en seguridad activa y pasiva que mejoran el rendimiento de diversos sistemas (frenado autónomo, protección de ciclistas, reconocimiento de señales, asistente de giro, etc.); también suma nuevos recursos como asistentes de salida y carretera, diez airbags, frenado de emergencia trasero para protección de viandantes y en breve estacionamiento por control remoto. 

Škoda plantea un abanico motriz bastante convencional para el Superb, parcialmente electrificado en dos casos. Apuesta por mecánicas contrastadas, diésel y gasolina. Ofrece dos gasóleo 2.0 TDi, uno con 150 CV y otro con 193, a los que suma dos TSI 2.0 (204 y 265 CV) y un TSI 1.5 m-HEV; esta variante, con 150 CV, emplea hibridación ligera para reducir consumo y emisiones hasta en un 20%. 

Completa la gama inicial del modelo la motorización Plug-in Hybrid con 204 CV, propuesta enchufable que promete hasta 133 km de autonomía en modo eléctrico; su batería de 25,7 kWh carga a un máximo de 50 kW de corriente continua, para pasar del 10% al 80% en 25 minutos. Por ahora, este sistema impulsor se asocia exclusivamente al formato familiar Combi. Todos los Superb incorporan transmisión automática DSG de siete relaciones (seis en la versión PHEV); las variantes más potentes, diésel de 193 CV y gasolina con 265, tienen tracción integral en vez de delantera. 

GAMA

TRES ACABADOS

Sportline. Škoda plantea el renovado Superb con los dos formatos conocidos, sedan y familiar (los denomina Limo y Combi) y con dos terminaciones, Selection y Laurin & Klement. La primera, más sencilla y asequible (parte de 38.250 euros con el descuento por financiar), lleva climatizador con tres zonas, llantas de aleación de 17”, acceso sin llave, pedal virtual, cockpit virtual de 10” e infotainment de 13”. Por 5.500euros adicionales, el acabado superior L&K aporta llantas de 18”, tapicería de cuero, DCC Plus, asientos de 14 funciones y sistema de sonido premium. En el último trimestre llega la terminación Sportline, que por 4.500 euros más que la básica, da un toque sport con llantas de 18”, faros Matrix, asientos anatómicos y suspensión deportiva rebajada 15 mm. A final de año también llega la versión PHEV del envase de tres cuerpos.