EL Tavascan llama a la puerta. Toma tierra en un mercado bien surtido de candidatos a batería, pero falto de pretendientes dispuestos a adquirirlos. Así que la apuesta de Cupra por la impulsión exclusivamente eléctrica constriñe mucho las expectativas comerciales del que podría ser uno de los crossover más solicitados del momento. No obstante, el modelo asoma por méritos propios entre sus semejantes de clase media debido a su combinación de diseño, tecnología, dinámica de conducción, calidad y precio. Cupra ya acepta pedidos para otoño del vistoso SUV de 4,64 metros, disponible en versiones de 286 CV (propulsión trasera) y de 340 CV (tracción integral) que auguran hasta 568 km de autonomía. Anuncia un precio de 52.010 euros para la edición de lanzamiento; ese importe no contabiliza descuentos ni subvenciones, por lo que algunas versiones de Tavascan se podrán acoger al Plan Moves.
El segundo automóvil a pilas de Cupra, la marca emergente de SEAT SA, no va a ser un superventas, pero está llamado a convertirse en emblema con proyección internacional de la firma. Concebido en Barcelona y bautizado en honor a un minúsculo pueblo del Pirineo, el modelo se ensambla en la factoría china de Anhui, donde la casa madre alemana fabrica también productos con apellidos Audi y Volkswagen.
El Tavascan –se pronuncia como si la última a llevara la tilde que la grafía catalana no contempla– comparte plataforma con varios modelos específicamente eléctricos, como su hermano el Born y sus primos Enyaq, Q4, ID.5… Sobre esa base se alza un corpulento, pero esbelto y capaz SUV. El equipo creativo ha esculpido una carrocería estilizada, con visos de cupé, cuyo excelente coeficiente aerodinámico contribuye a estirar la autonomía. Su figura atlética de estilo contemporáneo denota un temperamento deportivo que no avasalla y clara vocación premium. Se distingue por un rotundo semblante provisto de faros Matrix led de alto rendimiento con patrón geométrico (tres triángulos) en su rúbrica lumínica.
Si las líneas fluidas y elegantes del continente resultan singulares y cautivadoras, el contenido convence por su amplitud y su esmerada puesta en escena de inspiración tecnológica. El nuevo Cupra saca chispas a su notable envergadura: 4,64 metros de largo, 1,86 de ancho y 1,60 de alto y 2,77 entre ejes. Acoge en su seno a cuatro adultos de buen año –un tercer inquilino en el asiento trasero obliga a compartir demasiado espacio vital– con maletas (el portaequipaje ofrece 540 litros). Instala para ello cómodos asientos, los delanteros con estructura anatómica idónea para sujetar el cuerpo.
Cupra destina esta creación a un segmento del mercado medio-alto, marcado por su elevado contenido tecnológico y por niveles de precio acordes. Responde bien a la primera exigencia e intenta contener las consecuencias económicas, a juzgar por el precio asignado a la versión de lanzamiento (en unos días se hará pública la tarifa completa). El Tavascan dispone, o tiene a su alcance, los últimos progresos en materia de asistencia a la conducción, seguridad y confort. Incorpora la tecnología de Control de Chasis Adaptativo (DCC Sport), suspensión deportiva y sistema de dirección progresiva. Es uno de esos coches avanzados que perdonan y contrarrestan posibles errores humanos, que ofrecen prestaciones gratificantes, pero también permiten delegar ciertas funciones para acercar la conducción semiautónoma.
Por ejemplo, se puede dirigir la maniobra de estacionamiento desde fuera, por medio del smartphone. Además, el asistente de aparcamiento automático con función memoria (Intelligent Park Assist) aprende y reproduce de forma autónoma, es decir, sin intervención humana, un máximo de cinco trayectos de hasta 50 metros de recorrido. Es un recurso ideal para garajes angostos, de esos cuyas columnas parecen gozar de movimiento.
El Cupra Tavascan sale a la venta planteando un menú sencillo, integrado por dos propuestas motrices –286 CV con propulsión trasera y 340 con cuatro ruedas motrices–, cinco colores de carrocería y tres paquetes opcionales para la personalización del vehículo. El contenido adicional de estos complementos da una idea de lo completo del equipamiento de serie. La opción Adrenaline aporta llantas de aleación de 21 pulgadas en tono Copper, faros Matrix led, Head-up Display con realidad aumentada, DCC Sport, techo solar panorámico, sistema de sonido Sennheiser, cámara Top View 360º, y asientos delanteros eléctricos, calefactados y tapizados con microfibra reciclada. El pack Extreme suma a lo anterior llantas de aleación forjadas de 21’’ con neumáticos Performance (255 mm delante y detrás), además de asientos delanteros CUPBucket ventilados tapizados en piel. Cupra ofrece, por último, un Winter Pack que agrega bomba de calor para gestionar mejor la climatización y extender la autonomía eléctrica, parabrisas calefactable y asientos delanteros calefactados (también en los traseros al combinarse con los dos primeros paquetes).
INTERIOR
DISEÑO Y TECNOLOGÍA
Original. La cabina del Tavascan presenta una concepción bastante particular, sofisticada pero nada recargada. En contra de lo esperable, y quizá deseable, Cupra prescinde del puesto de mandos digital panorámico del que disfrutan otros productos del clan VW. Opta por una configuración más sencilla y presenta una pequeña pantalla (5,3 pulgadas) a modo de cuadro de instrumentos enmarcada por el volante; la acompaña, eso sí, de un colosal monitor táctil flotante de 15 pulgadas (38 cm) presidiendo el salpicadero. A través del mismo, cuyo sistema ofrece un manejo fácil e intuitivo, se controlan todas las funciones esenciales del vehículo. Bajo esa pantalla central aparece uno de los detalles distintivos del diseño interior del Tavascan. Es una especie de esternón vertical de fibra que asciende desde la voluminosa consola central y se prolonga en forma de ‘T’ hacia los lados, como sosteniendo el conjunto del tablero.