IR por libre. Esta ha sido la máxima de Subaru desde que asomó al mercado a mitad del siglo pasado. Y ahora, cumplidos los setenta, la firma japonesa solo está dispuesta a hacer concesiones medioambientales. Lo demuestra el Crosstrek, heredero del XV, que progresa incorporando una motorización con hibridación ligera de 136 CV merecedora de etiqueta Eco. El modelo, síntesis casi perfecta de turismo y todoterreno, fusiona ambos estilos en su agraciada estampa. Subaru lo dota de tracción total permanente, de transmisión automática, así como de un alud de sistemas de seguridad y asistencia a la conducción inusitado en la categoría, más aún por ese precio (parte de 32.000 euros).

La nipona es una de esas firmas minoritarias, poco conocidas para el gran público, pero de culto para unos cuantos iniciados. Quien la prueba se convierte en converso y, al tiempo, prescriptor incondicional. Subaru tiene a favor, quizá también en contra, su marcada identidad, que obedece tanto al diseño singular como a la irrepetible propuesta de producto. Inmune a la esclavitud de la moda, su apuesta estética marcada por el estilo crossover no es un brindis al sol, sino una declaración de principios. Cualquiera de sus robustos modelos está concebido para saltar al campo, superar dificultades orográficas severas, y luego retornar al pavimento sin más secuelas que algo de barro. Y eso es algo que muy pocos SUV actuales pueden garantizar.

Esa desenvoltura obedece a la propia configuración de los vehículos de la marca. Todos con tracción integral, salvo el cupé deportivo BRZ, y todos con motor gasolina tipo Boxer (cilindros enfrentados), excepto el eléctrico Solterra. Este último es el pionero que marca el punto de inflexión de Subaru, decidida a afrontar la electrificación sin renunciar a la combustión. Anuncia el lanzamiento de ocho nuevos SUV en los próximos cuatro años y se compromete a que el 50% de su oferta (8 modelos) será 100% eléctrica para 2030.

El Crosstrek posee buenas cualidades todoterreno.

El Crosstrek se puede interpretar como un primer paso en ese proceso de transición tecnológica, al electrificar parcialmente su propulsor de gasolina. Fiel a la propuesta del inspirador, adapta ligeramente a los nuevos tiempos el maquillaje y la hechura conocidos (estira unos milímetros algunas de sus cotas). Mantiene la propuesta de vehículo multiuso aceptando cometidos familiares (ofrece cuatro-cinco plazas y un escueto maletero de 315 litros) e incursiones más allá del arcén (aprovecha sus 22 cm de distancia al suelo). La puesta al día depara una configuración interior mejorada. Los asientos van anclados ahora al chasis, atenuando los balanceos del cuerpo. Al acceder a bordo llama la atención la gran pantalla táctil vertical (11,6 pulgadas) situada en el centro de la consola; permite controlar muchas de las funciones vitales del vehículo de forma intuitiva y sin apenas desviar la vista del tráfico.

Uno de los puntos fuertes de este recio y vistoso modelo es la seguridad. Subaru pertrecha al Crosstrek con generosidad, incorporando recursos inusuales en el segmento comercial al que lo encamina. Además de los detalles de confort y protección habituales, cuenta con la última versión de la tecnología de asistencia a la conducción EyeSight Driver Assist. que utiliza dos cámaras estéreo y otra modular angular para supervisar los movimientos y el entorno. Dispone de catorce funciones, algunas nuevas y otras mejoradas: control de dirección en caso de emergencia, reconocimiento de señales, limitadores de velocidad manual e inteligente, asistente de mantenimiento y centrado de carril, frenado autónomo anticolisión, control de crucero adaptativo, freno automático de marcha atrás, monitorización del conductor para detectar fatiga y sistema de detección de vehículos traseros.

Subaru oferta el Crosstrek con tres definiciones –Active, Field y Touring– diferenciadas por la cantidad de complementos asignada. Reclama por ellas 32.000, 34.000 y 37.000 euros.