El conflicto al que se enfrenta el parque actual de vehículos no es tanto su composición de tipos de motor, sino su vejez. La batalla contra el diésel, basada en su potencial efecto contaminante, maneja argumentos sólidos, pero no hace distinciones. Y en ocasiones como esta, los matices resultan determinantes.

Nada como un ejemplo. En general, un modelo diésel contemporáneo expele menos dióxido de carbono (CO2), aunque algo más óxido de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y partículas sólidas que un semejante con motor de gasolina. Lo importante es que esas emisiones de un coche diésel moderno son sensiblemente inferiores a las que genera uno a gasolina veterano, de cinco años para arriba, y obviamente mucho menores a las de cualquier gasóleo coetáneo de este. De modo que, en vez de poner el foco en el carburante, parece más sensato hacerlo en lo obsoleto del parque de automóviles, que es donde radica el verdadero problema.

De los 32 millones largos de vehículos en activo, más de 25 millones son turismos, el 52% de ellos diésel. La edad media de esa flota hispana ya supera los 14 años. Así pues, no se trata simplemente de transitar hacia tecnologías limpias y sostenibles. Es inaplazable abordar el problema del envejecimiento del parque móvil, acelerado en los últimos años: la edad media en 2007 era 8 años, 11,29 en 2014, 13,49 en 2021… Según la asociación de fabricantes Anfac, el 64,7% de los turismos con diez o más años carece de etiqueta o luce la ‘B’ que distingue a los más contaminantes.

Ese envejecimiento de los vehículos en circulación, percibido como una amenaza al medioambiente, suscita una inquietud social que, a menudo, eclipsa prioridades como la seguridad vial. La Dirección General de Tráfico señalaba en 2022 que la antigüedad media de los vehículos involucrados en accidentes mortales un año antes estaba en 13 años. A quien resista leyendo hasta aquí quizá le venga a la mente ahora un dato mencionado líneas atrás: casi ochocientas mil personas han adquirido este año un coche que supera esa edad.