El móvil es ya un elemento indispensable en nuestra vida cotidiana. Su uso de forma continuada es tal que las estadísticas registran ya que lo utilizamos más de 5 horas al día de media. Y si contabilizamos sólo a la población más joven esta cifra se dispara.
La utilización constante hace necesario disponer siempre de batería suficiente para no quedar desconectados y alterar nuestro guion de vida.
Pese al desarrollo tecnológico y a las baterías de larga duración y rápida carga muchas veces nos juegan una mala pasada y por descuido o negligencia necesitamos cargarla en el sitio más insospechado.
Y hoy en día, con una mayor movilidad en todas las actividades cotidianas el coche es un lugar al que cada vez se recurre más para tener a punto las baterías de nuestros móviles.
Es por ello que en muchos coches, sobre todo en los de los conductores más jóvenes, que son los que más tralla le dan a los móviles, no suele faltar un cable USB.
Con este dispositivo se puede utilizar con una toma de carga para ponerlo en un enchufe o, por el contrario, se puede conectar directamente a los puertos USB que hay en el ordenador, en los aviones y, también, en los coches. Algunos incluso se enchufan con un adaptador al orificio del mechero del automóvil.
Aunque en la actualidad, la mayoría de los vehículo van equipados de serie con un puerto USB donde se puede conectar el cable del móvil para cargarlo durante los viajes, una opción muy socorrida para poder viajar siempre con el móvil a punto.
Sin embargo, los expertos ponen pegas a esta costumbre cada vez más extendida y no aconsejan cargar el móvil en el coche de forma habitual.
La explicación es que las baterías de los teléfonos móviles actuales tienen una cierta vida útil, que puede verse mermada si no se llevan a cabo acciones que ayuden a su correcto mantenimiento.
La potencia de carga de los dispositivos USB habituales que van instalados en el coche no es óptima para la carga de baterías de los smartphones. De hecho, están más pensados para poder reproducir música de dispositivos, no para cargar la batería, que puede verse dañada si se abusa de este método de carga.
Si eres un adicto a cargar el móvil en el coche habrás podido darte cuenta de que suele tardar mucho tiempo en cargar, algo que resulta perjudicial para la batería del teléfono.
Por eso debes saber que tanto la carga muy rápida o potente como la muy lenta y con poca potencia es perjudicial para las baterías y, de hecho, pueden acabar por deteriorarlas antes de tiempo y reducir su vida útil, por lo que tendrías que desembolsar un dinero inesperado para poder tener operativo tu teléfono móvil.
El cable de carga conectado al puerto USB daña más rápidamente tu móvil, igual que las nuevas bases por inducción, que también causan problemas si se emplean cada vez que se utiliza el automóvil.
Además, las baterías actuales (de iones de litio) disponen de tecnología adecuada para agilizar los tiempos de tiempos de uso y carga, pero también tienen el inconveniente de que son muy sensibles a las altas temperaturas. Someter las baterías a temperaturas superiores a los 40 grados (algo habitual en algunas zonas de España) es peligroso.
En cualquier caso, bien cargues el móvil en un puerto USB o lo hagas en el mechero, debes asegurarse de que todos los accesorios empleados en la operación sean los originales del móvil y ni no de excelente calidad y estén en óptimas condiciones. Y siempre tienes la posibilidad de usar una batería externa para evitar futuros problemas.