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Jorge Martín, el campeón de MotoGP apartado

El madrileño se convierte en el primer ganador de la era de MotoGP con un equipo satélite tras ser motivado a abandonar la todopoderosa Ducati para emprender un periplo en Aprilia

Jorge Martín, el campeón de MotoGP apartadoEFE

Un campeón del mundo invitado a abandonar la marca a la que ha hecho campeona, Ducati. Paradojas de la vida. Cierto es que reinar con la máquina italiana copaba cualquier pronóstico. No en vano los cuatro primeros clasificados del campeonato han viajado a los mandos de la moto diseñada por la fábrica de Borgo Panigale, una apisonadora en los tiempos que corren. Ducati ha hecho del reino de MotoGP lo más parecido a un campeonato monomarca. Ese, el apartado, es Jorge Martín (29-I-1998, San Sebastián de los Reyes), quien mucho antes de la consecución del título de MotoGP decidió abandonar las filas ducatistas tras verse imposibilitado de un ascenso al equipo oficial, que se decantó por la contratación de Marc Márquez de cara a 2025. Arrinconado, abandonado pese al crédito de los resultados, Martín es la gran estrella de la categoría reina. Es el primer piloto proclamado campeón mundial en un equipo satélite en la era MotoGP, el segundo desde que Valentino Rossi lo lograra en 2001.

El Gran Premio Solidario de Barcelona, la carrera más tensa que ha afrontado Martín, la resolvió con maestría, protagonizando una gran salida desde la cuarta plaza que le aupó a la segunda, a rueda de Francesco Bagnaia. Al madrileño le bastaba con ser noveno o mejor, siempre con la condición de que ganase el italiano, para alcanzar el título. 

Marc Márquez se inmiscuyó en el debate por el título. Rebasó a Martín para terminar segundo y atar la tercera posición del Mundial. Tras ese movimiento, nada más ocurrió en las posiciones de podio. Martín, tercero, rodó en todo momento con su amigo Aleix Espargaró de guardaespaldas y finalizó a más de tres segundos de Pecco Bagnaia, que celebró su victoria más amarga. 

“Es increíble. No sé qué decir. Se lo dedico a toda mi familia y a quienes me han apoyado. Este título es para ellos”, acertó a decir Martinator, apodado así como un guiño a su proceder, metódico, con determinación. Y así fue su celebración, con un “hasta la vista, baby” que recordaba a la saga de películas protagonizadas por Arnold Schwarzenegger. El hombre hecho máquina.

Jorge Martín, alias 'Martinator', celebra su título de MotoGP con un guiño a la saga Terminator.

El día que pudo significar la última carrera de Martín

“En las últimas vueltas casi no podía pilotar, se me caían las lágrimas dentro del casco. Ha sido un camino muy muy largo hasta llegar aquí”, describió. Y es que allá por 2021, en su primera campaña en la categoría reina, se debatió entre seguir corriendo o colgar el mono. Fue tras una grave caída en Portimao, considerada la tercera más fuerte de la historia de MotoGP, que le provocó siete fracturas de hueso y desencadenó en varias operaciones. Ejemplo de superación, precisamente es su perseverancia la que le ha conducido al trono. Solo cuatro carreras después del accidente alcanzó su primera victoria en MotoGP. Era su séptima carrera en la élite, donde irrumpió con la pole en su segunda cita, en la que acabó en el podio. Apuntaba maneras Jorge.

Este jerarca ya estuvo cerca de reinar el año pasado. Entonces, la disputa por el título fue la representación de un acto de rebeldía después de que el equipo oficial de Ducati escogiera para 2023 a Enea Bastianini como compañero de Bagnaia. Si bien, aquel subcampeonato de Martín consolidó el derecho a cabalgar una moto oficial en un equipo satélite, el Prima Pramac, para cobrarse una inmediata revancha. Una venganza ejecutada con orgullo y dignidad, porque jamás puso en cuestión algún posible favoritismo por parte de Ducati.

Las caídas y la regularidad, claves en la consecución del título

Desde esa peana, en su cuarto año inmerso en MotoGP, el que fuera campeón de Moto3 en 2018 ha mostrado serenidad y determinación para hacer de la regularidad su gran amenaza. Los méritos son diversos. Ha batido al mejor Bagnaia. El italiano ha ganado siete esprints y once carreras de veinte –solo Marc Márquez, Valentino Rossi, Mick Doohan y Giacomo Agostini habían firmado cifras semejantes–, mientras que Martín ha logrado siete esprints, tres victorias dominicales y diez segundas posiciones. Pese a ello, Martinator ha finalizado 10 puntos por encima del bicampeón italiano. “Es el gran día de Jorge. Merece lo que ha logrado, no quiero quitarle nada”, expresó un honorable Bagnaia, perjudicado por las caídas e incapaz de doblegar la regularidad de su rival con triunfos. De hecho, Pecco ha sumado ocho caídas por las tres del campeón. He ahí la clave del éxito, el desequilibrio de la balanza.

Además, Martín ha gozado del respaldo de Ducati, que como admitió Fonsi Nieto, mánager del piloto madrileño, se ha portado de forma impecable. No obstante, Martín ha contado con una infraestructura muy inferior a la del equipo oficial. “Ha sido David contra Goliat”, atestiguó Nieto, que citó las virtudes para el crecimiento de su pupilo: “Es una esponja. Aprende y se adapta superrápido”. Ha sabido pulir excesos, reprimir su visceralidad, su obsesión por la velocidad y la explosividad, que en varias ocasiones le han provocado caídas. Calmada su agresividad, sabiendo renunciar a parte de la gloria en múltiples carreras, ha llegado la ansiada corona. Su máxima era: “No quiero precipitarme”. Se ha tornado controlador, a imagen y semejanza de Bagnaia, conocido como Calculator, que en su amigo de infancia ha encontrado un espejo.

Martín ha remado además contra el hecho de saberse descartado tras varias promesas de vestir el rojo oficial.Martinator ha canalizado la rabia en estímulo para ser el primer campeón con un equipo satélite en la era de MotoGP y el segundo después de Rossi. Aprilia gozará ahora de sus bonanzas, las de un número 1 invitado a salir de Ducati, un campeón apartado.