¿Cuál es el mejor momento del día para dar de comer a tu perro?
Establecer horarios fijos para sus comidas les proporciona seguridad, reduce el estrés y favorece su digestión
Alimentar adecuadamente a unperro va mucho más allá de elegir el mejor pienso o preparar una dieta equilibrada. La hora en la que se le da de comer también influye de manera importante en su salud, su energía diaria y su bienestar general.
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Muchos dueños se preguntan cuál es el mejor momento del día para alimentar a su compañero peludo y, aunque no hay una única respuesta válida para todos, sí existen recomendaciones respaldadas por veterinarios y expertos en comportamiento animal que pueden ayudar a establecer una rutina ideal.
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La importancia de la regularidad
Los perros, como los humanos, se benefician enormemente de la regularidad. Establecer horarios fijos para sus comidas les proporciona seguridad, reduce el estrés y favorece su digestión. Por lo general, los veterinarios recomiendan dividir la ración diaria en dos tomas: una por la mañana y otra por la tarde o noche, con una separación aproximada de 8 a 12 horas entre cada una.
Esta rutina ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y evita que el perro pase demasiado tiempo con el estómago vacío, lo que puede derivar en vómitos por exceso de ácido gástrico.
¿Mañana, tarde o noche?
Aunque no hay una única “hora perfecta” para todos los perros, hay ciertas pautas que pueden ayudar a decidir cuándo alimentarles. Dar de comer por la mañana, justo después del primer paseo del día, es una opción ideal para muchos dueños. En este momento, el animal está activo, ha hecho ejercicio y su cuerpo está preparado para digerir correctamente.
La segunda comida puede programarse entre las 18:00 y las 20:00, dependiendo de la rutina familiar. Lo más importante es que el perro no coma justo antes de dormir, ya que necesita un tiempo para hacer la digestión antes de acostarse. Además, es aconsejable evitar que el perro corra o juegue bruscamente justo después de comer, especialmente en razas grandes, ya que podría provocarse una torsión gástrica, una afección muy grave.
Tamaño, raza y edad: factores que influyen
El tamaño y la raza del perro también influyen en el mejor momento y la frecuencia con la que debe alimentarse. Por ejemplo, los cachorros, que tienen un metabolismo más acelerado, requieren más comidas al día: lo habitual es entre tres y cuatro tomas hasta los seis meses de edad. En cambio, los perros adultos suelen estar bien con dos comidas diarias.
Las razas grandes, como el pastor alemán o el labrador, son más propensas a sufrir torsión de estómago, por lo que es especialmente importante evitar una única comida copiosa al día y que hagan actividad física intensa después de comer. En estos casos, dividir la ración diaria en dos o incluso tres tomas más pequeñas puede ser beneficioso.
Los perros de edad avanzada, por su parte, tienden a tener una digestión más lenta, por lo que comer a horas regulares y en ambientes tranquilos favorece su salud intestinal.
Rutina alimentaria y comportamiento
Establecer horarios fijos para las comidas también puede mejorar el comportamiento del perro. Una rutina predecible ayuda a reducir la ansiedad, especialmente en animales adoptados o con historial de abandono. Saber cuándo va a recibir su comida aporta seguridad y reduce la probabilidad de comportamientos compulsivos relacionados con la comida, como mendigar constantemente o rebuscar en la basura.
Además, una ventaja práctica de alimentar siempre a la misma hora es que facilita la detección de problemas de salud: si el perro rechaza la comida cuando normalmente come con entusiasmo, podría ser una señal de que algo no va bien.
Alimentación y paseos: ¿qué va primero?
Una duda común entre los cuidadores es si es mejor alimentar al perro antes o después del paseo. La mayoría de los expertos recomienda dar el paseo antes de comer, especialmente si es largo o activo. Alimentar al perro tras un paseo ayuda a que esté más relajado, mejora la digestión y reduce el riesgo de problemas gástricos.
En cambio, si el paseo es corto o se trata de una salida para hacer sus necesidades, no hay inconveniente en que coma antes, siempre que luego repose adecuadamente. Como norma general, se aconseja esperar entre 30 y 60 minutos tras la comida antes de realizar cualquier actividad física intensa.
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