A estas alturas, está archidemostrado que cuando Mario Draghi dijo "Gracias, Antonio" en una rueda de prensa de líderes de la UE, se dirigía al primer ministro portugués, Antonio Costa, y no a Pedro Sánchez. Pero ya saben lo de la mentira repetida mil veces y lo de los hechos que no deben jorobar un buen titular. No hay columnero diestro que no haga chistecitos sobre lo que no ocurrió.

Hoy mismo coinciden dos en tirar de la matraca.

"El bello Antonio", titula Zoe Valdés su pieza en Libertad Digital. Como verán, profundo análisis político y nada de alusiones personales: "Qué clase de cara tiene Antonio. No es que sea bello, que no lo es, aunque va de eso, es que tiene la cara de concreto armado. Enumerar las desgracias ni siquiera le hace reflexionar un poco en que tal vez sea él quien haya atraído semejante pava y mala onda a su país. Sin embargo, ahí sigue, impertérrito. Sin arreglar nada, porque Antonio no puede hacer otra cosa como no sea destruir. Antonio es impotente de la cintura hacia arriba, sobre todo en la zona del cerebro. Pobre Antonio, tan creído y engreído de bello, y tan estéril".

El otro gracioso es Miquel Giménez, que en su desbarre de Vozpópuli mezcla la trola del cambio de nombre con el calificativo que le dedicó Santiago Abascal al presidente español. Aquí tienen unos gramos de la gracieta: "Ahí está: Antonio I el Autócrata, Caudillo de la España Sostenible, de Género, Progresista y Sin Necesidad de Prelavado por la gracia de comunistas, filo etarras y golpistas lazis. A Antonio I solo le acomodan los sindicatos amancebados con el erario público, los medios comprados por la publicidad institucional, los apoyos políticos comprados a base de vender el territorio nacional a terroristas y golpistas. En resumen, le molesta la democracia parlamentaria, la Corona , la Constitución, y, si mucho me apuran, España".

Usando ya su verdadero nombre, el editorialista de ABC atiza hoy al inquilino de Moncloa. Lo que llama la atención es el encabezado: "Sánchez ya no es creíble". ¿Ya? Eso es un avance, teniendo en cuenta que desde antes de la primera investidura el vetusto diario le acusaba de lo mismo. En cuanto a los motivos de la renovaba falta de credibilidad, aquí los tienen: "¿Por qué cede ante ERC, el PNV o Bildu, y no ante el PP o Vox? Un presidente que quiere el apoyo de la oposición se comporta de otra manera, y todo lo anterior demuestra que Sánchez no es sincero, sino que pretende utilizar la magnitud de esta recesión para evitarse una oposición dura -la que merece- y reforzarse en el peor momento de la legislatura".

También en ABC, Alberto García Reyes acolleja a Sánchez y le carga la responsabilidad del reventón de la inflación. La originalidad consiste en mezclar ese asunto con la presunta desaparición de la Filosofía de los programas escolares: "No es casualidad que el bochornoso dato de la inflación, publicado mientras el presidente hablaba con deliberado tono monocorde en el Congreso para cansar a la oposición, coincida con la eliminación definitiva de la filosofía como asignatura de la ESO. Basta con acudir al diccionario para entenderlo. La filosofía es el «conjunto de saberes» que «organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano». Para qué necesita una persona en formación conocer la historia del pensamiento si lo que le interesa a este Gobierno es que nadie piense".

Está resultando muy jugoseo para el columneo ultramontano lo de los cambios curriculares. Lo cierto es que se prestan al trazo grueso como el que emplea (es su marca de la casa) Luis Ventoso en El Debate: "No estudiarán a Jesucristo -¡vade retro!-, ni a Buda (tal vez sí a Mahoma, que somos muy «multiculturales»). La asignatura de religión se margina al máximo, hasta dejarla como una maría que no computa. Sin embargo lo sabrán todo sobre Pasionaria y Largo Caballero. No estudiarán la Reconquista ni la Conquista de América (probablemente ambas logros personales de Franco), pero sí las menudencias provinciales de sus comunidades autónomas. Por supuesto se podrá pasar de curso con un carro de suspensos si el profe te ve lo suficientemente integrado o integrad".

La breve cosecha de hoy termina con Francisco Marhuenda echando las muelas en La Razón porque dos fiscalías se disputan la investigación de los marrones de la lideras intocable. "La izquierda contra Ayuso", se titula la pieza, que comienza así: "Es evidente que la izquierda no aprende. La fijación contra Ayuso ha alcanzado ribetes esperpénticos con la incorporación de la Fiscalía Europea, que muestra un interés tan desmedido como sospechoso. Por supuesto, Mónica 3M, la única política mujer, madre y médico, se ha apuntado con gran fervor al esperpéntico espectáculo asegurando que «hay tanta sospecha de irregularidades que da para que varias fiscalías investiguen». Una de las ventajas de la inmunidad parlamentaria es que se pueden perpetrar todo tipo de tropelías dialécticas y sacar a pasear la ignorancia con un enorme desparpajo".