Los Juegos de Tokio se quedaron ayer martes sin su gran icono, sin la deportista que encendió el pebetero el pasado viernes en la ceremonia de inauguración. Naomi Osaka cayó en la tercera ronda del tenis ante Marketa Vondrousova, la finalista de Roland Garros de 2019. La jugadora nipona jugó un partido muy pobre, atrapada por la tela de araña que le tejió la checa con sus golpes cortados y sus dejadas. "Todas las derrotas duelen, pero esta duele más, está claro", afirmó Osaka, que volvió a resaltar "la presión que hubo sobre mí en estos Juegos" en un día en el que las cuestiones que rodean a la salud mental de los deportistas planearon sobre los Juegos. "He estado un tiempo fuera para tratar de manejarla, pero no sé cómo lidiar con esa presión, así que lo mejor que puedo hacer es intentar pensar soluciones para que esto no vuelva a ocurrir más", añadió la ganadora del último Abierto de Australia, que se retiró en Roland Garros y no tomó parte en Wimbledon.

La eliminación de Osaka ahondó también en la incertidumbre que rodea siempre al tenis femenino. Dicen que los Juegos son un torneo diferente a otro y, de hecho, la actual campeona, la portorriqueña Mónica Puig, logró el oro en Río sin ser cabeza de serie. Cada cuatro años se parece a un Grand Slam, aunque con un partido menos, pero un calendario más comprimido y agotador porque se juega casi cada día. Las tres campeonas de Grand Slam de este año (Osaka, Barty y Krejcikova) han quedado eliminadas y entre las ocho mejores solo quedan dos de las ocho primeras cabezas de serie: Elina Svitolina, la cuarta, y Garbiñe Muguruza, la séptima.

También está entre ellas Paula Badosa, que como la vasco-venezolana lleva un torneo impecable. Es una gran oportunidad para todas y una prueba de resistencia por las condiciones en que se está disputando el torneo en las instalaciones de Ariake, donde solo encuentran un respiro aquellos y aquellas que disputan algún partido en la pista central cubierta.

derrota en dobles

Muguruza, que esta madrugada jugaba en cuartos de final ante la kazaja Elena Rybakina, afrontó el reto de jugar los dobles con Carla Suárez y tratar de atrapar una medalla que pusiera un brillante colofón a la carrera de la canaria. Tuvieron un punto de partido a favor ante Bencic y Golubic, pero las suizas salieron adelante gracias a golpes de calidad en un partido que se decidió por dos puntos en el super tie-break a diez. Tras la derrota, Muguruza y Suárez cayeron en lágrimas de "emoción y tristeza" por una derrota que no fue una cualquiera. "No nos queríamos ir de aquí de esta manera. Queríamos intentar llegar hasta el final porque teníamos una buena oportunidad. También estamos así porque es nuestro último partido juntas. Nosotras siempre lo hemos pasado muy bien y hemos disfrutado mucho en la pista. Despedirte así es algo amargo", reconoció la canaria.

Carla Suárez ensalzó el esfuerzo de Muguruza en el torneo y antes, porque la de Caracas la acompañó en todo el proceso de recuperación del linfoma de Hodgkin: "Le agradezco todo lo que ha hecho por mí. Al final, lo hemos pasado mal. Es triste despedirse así, pero yo siempre le voy a estar agradecida".

También cayeron en dobles Badosa y Sorribes, que cedieron también en el super tie-break ante la mejor pareja del mundo, las checas Krejcikova y Siniakova.