Ariarne Titmus volvió a demostrar que Katie Ledecky no es invencible, aunque a veces en la piscina no lo parecía. La australiana ya derrotó a la estadounidense en los 400 libre del Mundial de Guangju de 2019 y lo hizo de nuevo en la final olímpica de Tokio. Titmus siguió el guion esperado: aguantó a Ledecky hasta el último cien y la superó en un largo sprint en el que no desfalleció para tocar primero la pared

Dicho parece fácil, pero la australiana ha destrozado el monopolio de la nadadora de Ledecky y se ha creado una nueva rivalidad, bien llevada por las dos, por lo que se vio tras la carrera. "Yo no estaría aquí si no fuera por ella. Si no pudiera dar caza a alguien como ella, no estaría nadando de este modo", confesó la australiana. "Para mí es un honor competir con alguien como Ariarne y nadar a estos tiempos tan, tan rápidos", respondió Ledecky tras perder su primera carrera individual en unos Juegos. Quizás en el futuro se les sume Summer McIntosh, la canadiense de 14 años que ayer acabó cuarta.

La jornada de Ledecky no acabó con esta plata ya que después nadó las calificaciones de 200, en la que también participa Titmus, y 1500 libre, en esta con nuevo récord olímpico. En la segunda prueba, Mireia Belmonte no logró clasificarse para la final en una confirmación de sus limitaciones actuales, solo superadas con su gran coraje.

Uno de los oros más claros en la piscina llevaba el nombre de Adam Peaty en los 100 braza y el británico cumplió con el pronóstico con suficiencia (57.37) por delante del holandés Kamminga y el italiano Martinenghi.

primero oro de dressel

La canadiense Margaret MacNeil sorprendió en los 100 mariposa, con la favorita Emma McKeon tercera, y Estados Unidos se llevó con autoridad el relevo de 4x100 libre por delante de Italia y Australia para que Caeleb Dressel sumara la primera medalla de oro de las seis que persigue el polivalente nadador de Florida en esta cita de Tokio.