Antes de comenzar un cambio de alimentación hay que entender por qué se empieza y sobre todo para qué. El no tener claro ni una cosa o la otra hará que inevitablemente se vuelva a la casilla de salida. Por tanto, el esfuerzo realizado durante meses, con eso que se llama ‘dieta’ o ‘régimen’, no habrá valido para nada. Además, tanto personal como psicológicamente, tendrás muchas papeletas de estar peor, ya que a nadie le gusta fracasar, y mucho menos verse mal frente al espejo o no estar a gusto consigo mismo.

“Deporte, por suerte, hacemos todos los días, ya que en la urbanización tenemos un gimnasio y piscina. Además, también tenemos el bidegorri aquí al lado y cuando podemos aprovechamos para dar una vuelta. Así, nos mantenemos activos”, indica Estela Villota, protagonista, junto a su pareja Asier Cabrejas y su hija Ane, de este quinto número del suplemento IN.

Esta familia vizcaína asegura, además, que el ejercicio tiene que ir acompañado de un buen control de la alimentación. Comprender el por qué se ingiere una cosa y descubrir al mismo tiempo, por qué hay alimentos que no se pueden comer o al menos de una manera muy controlada. En este sentido, no hay que obsesionarse, pero sí ser consciente de lo que cada individuo mete al cuerpo y saber que cada alimento tiene unas consecuencias u otras en nuestro organismo. Por tanto es importante comprender que el camino es de largo recorrido, que no hay que marcarse plazos, pero sobre todo hay que ser consciente de que hay que ir muy poco a poco.

Aun así, a no ser que uno se esté preparando para una competición de algún un tipo o, simplemente, no quiere ser 100% estricto, siempre está la opción de tomarse ciertas licencias esporádicas con el objetivo de hacer más llevadero nuestro nuevo estilo de vida. “En casa tenemos una alimentación muy sana y sobre todo variada, aunque tenemos momentos en los que nos pasamos un poco. Eso sí, en los desayunos no comemos nada que tenga azúcar y por el día intentamos reducir su consumo”, añaden.

En definitiva, la familia Cabrejas Villota es un fiel ejemplo de que queriendo se puede conseguir las cosas, y sobre todo partiendo de la base de que hay que comprender que la salud no es un juego. Lo que ingerimos es la gasolina que mueve nuestro cuerpo y en caso de que lo que metamos no sea de calidad, no funcionaremos bien. Así que sabiendo la importancia que esto tiene, así como la que tiene el deporte, hay que llevar un estilo de vida saludablem pero siendo flexibles en nuestro día a día. “Se lo hemos inculcado así a nuestra hija Ane”, señala Asier Cabrejas. Tal y como señalan sus aitas, el objetivo es que haga deporte y aprenda a comer bien para que en el futuro no tenga problemas de salud relacionados con su estilo de vida. Los hábitos adquiridos desde pequeños son vitales para que luego, en la edad adulta, no tengamos la obligación de reaprender. “En mi caso tuve que hacerlo de mayor. De joven la verdad es que no mirábamos mucho la alimentación”, reconoce Asier. “¡Aluciné cuando me dijo que en su época de remo cenaban huevos con patatas fritas casi a diario!”, exclama su mujer Estela.

¿MIEDO A LA BÁSCULA?

Para controlar nuestro peso, los nutricionistas recomiendan pesarse cada dos semanas. Quines prefieren hacerlo a diario no deben obsesionarse, sino sólo observar cómo les ha afectado lo que comieron el día anterior, pues el peso es algo que fluctúa. En definitiva, el peso no engaña y sirve para conocerse mejor. “Cuando veo que me he pasado un par de kilos, controlo un poco más la alimentación”, reconoce Cabrejas. Aun así, afirman que durante el confinamiento tuvieron momentos en los que se excedieron un poco. “El estar tanto tiempo en casa es lo que tiene y eso que, como decimos, tenemos gimnasio, pero aun así caímos, como todos”, confiesan.