Para mucha gente Manuel María Arias Domínguez es casi como de la familia, después de 50 años viendo su cara en la tele, el cine o el teatro. Conocido como Imanol Arias, el vascoleonés lleva casi toda su vida (y tiene 67 años) interpretando papeles. De esas cinco décadas como actor casi la mitad las ha pasado en la piel de Antonio Alcántara, el padre de la serie Cuéntame, que se despide de TVE después de 22 años recordando a su manera y con enorme éxito la historia reciente de España.
Arias nació en Riaño, la localidad leonesa en la que se construyó un pantano en los años 80 que obligó a demoler todas las casas del pueblo antes de ser inundadas. El actor, ya conocido en aquella época, se significó en contra del pantano pidiendo su paralización, aunque hoy en día lo ve con otros ojos consciente del valor del agua y de que ha nacido un nuevo Riaño. Si bien asegura que quiere que sus cenizas terminen en su pueblo, también afirma sentirse vasco, porque por motivos laborales su familia se marchó cuando él era un niño a la localidad vizcaína de Ermua, donde pasó su infancia y su juventud. De ahí el nombre de Imanol, que uno de sus hijos se llame Jon, que sea fiel seguidor del Athletic... Su padre, además fue presidente del Ermua CD y él es socio del Eibar, equipo de la localidad contigua a Ermua pero ya guipuzcoana en la que Imanol comenzó a estudiar Maestría Industrial en Electrónica en la Escuela de Armería, una formación profesional que abandonó con la intención de dedicarse a la interpretación, algo que le llamaba mucho desde niño. Comenzó en varias compañías de teatro independiente del País Vasco y rondando la mayoría de edad su vocación quedó reforzada al participar en El sombrero de tres picos, obra que ganó el Premio Nacional de Teatro de las universidades laborales.
Penurias en Madrid en busca del sueño de ser actor
Con 19 años, en 1975, decidió jugársela y probar suerte en Madrid, pero no lo tuvo nada fácil. Consiguió un trabajo como figurante en el Teatro de la Zarzuela y repartió guías telefónicas, pero no le daba para mantenerse y no pudo matricularse en la Escuela de Arte Dramático (asistió como oyente y utilizaba los baños para asearse) e incluso se vio obligado a dormir algunas noches en el metro cuando ya no podía pagarse la pensión en la que estaba alojado y los bocadillos que comía en la calle.
Pero no desistió. Creía en su futuro como actor y un año después llegaron sus primeras oportunidades que ya no eran para figurante, sino que al menos tenía una frase. Fue en la película La Corea, de Pedro Olea y en las obras de teatro La vida es sueño y Los cuernos de don Friolera gracias a su amistad con el actor Juan Diego.
Pero fue en 1978 cuando empezó a ver la luz. Adolfo Marsillach creó el Centro Dramático Nacional y lo contrataron para tres de sus primeras obras. Comenzaba a poder vivir de la interpretación y en 1980 dio un paso más cuando logró su primer papel como protagonista en la película Cecilia, rodada en Cuba y que se presentó al Festival de Cannes en 1982, el año de su despegue definitivo. Porque encadenó cuatro películas con algunos de los mejores directores del momento: Laberinto de pasiones (Pedro Almodóvar), La colmena (Mario Camus), Demonios en el jardín (Manuel Gutiérrez Aragón) y Bearn o La sala de las muñecas (Jaime Chávarri).
El cine le dio mucha popularidad pero la televisión lo colocó aún más arriba. La serie Anillos de oro (1983), junto a Ana Diosdado, lo encumbró, antes de encarnar a un homosexual ligado al independentismo vasco en La muerte de Mikel (1984), de Imanol Uribe. Casi todos los directores lo querían en sus proyectos y quien se llevó la palma fue Vicente Aranda, con quien rodó cinco películas entre finales de los 80 y principios de los 90, entre ellas las dos de El Lute, que le valieron dos nominaciones a los Goya y la Concha de Plata del Festival de San Sebastián. Tampoco se llevó el Goya pese a estar nominado de nuevo en A solas contigo, de Eduardo Campoy (1990).
Tras un breve retorno al teatro, regresó a la televisión con Brigada Central y en 1993 sumó su cuarta nominación al Goya en Intruso (Vicente Aranda). Tampoco a esta fue la vencida, y de hecho es uno de los actores que más veces ha sido seleccionado y nunca ha obtenido el premio.
Otro gran momento televisivo fue la serie Querido maestro, en 1997, en la que compartió protagonismo con Emma Suárez, pero en cuyo elenco estaba también Ana Duato, la que desde 2001 uno fue su mujer en la ficción en la longeva Cuéntame, que se despide ahora después de 22 temporadas. Entre medio, ambos encarnaron a Severo Ochoa y a su esposa en la miniserie que TVE dedicó al científico, en otro de los papeles inolvidables de Arias.
Cuatro grandes amores y la hija de Fidel Castro
Un actor que en su vida privada se ha significado como antinacionalista, se ha mojado contra ETA y contra la guerra de Irak, es embajador de Unicef, vive en Madrid pero pasa épocas en su casa de Zahara de los Atunes (Cádiz) y que estuvo mucho tiempo luchando contra unos graves problemas estomacales hasta que identificaron que era helicobácter y le pusieron remedio.
Si su pareja más conocida en la ficción es Ana Duato, en la realidad ha tenido varias. La primera fue Ana Gorostiza, entre 1973 y 1977. Con Arias ya en Madrid, mantuvieron una relación a distancia hasta su trágica muerte en accidente de tráfico. Años después conoció a la actriz Socorro Anadón, con la que estuvo hasta 1983 (con boda incluida), aunque en 1982, durante el rodaje de Cecilia en Cuba, se le relacionó con Alina Fernández, hija de Fidel Castro.
La estabilidad más grande le llegó con la también actriz Pastora Vega, con quien estuvo (sin casarse) entre 1984 y 2009 y que es madre de sus dos hijos: Jon y Daniel, también actores.
Su última pareja conocida ha sido la diseñadora y fotógrafa Irene Meritxell, con quien compartió vida desde 2010, boda en 2017 y divorcio en 2021.
Problemas con Hacienda
Imanol Arias se ha visto involucrado en los últimos años en el caso Nummaria, el nombre del despacho de abogados que creaba sociedades instrumentales y cometía delitos fiscales para beneficiar a sus clientes y que acusa a 31 personas físicas y seis jurídicas. Entre ellas está el actor y su pareja en la serie, Ana Duato, que es a la vez esposa en la vida del real del productor, de Cuéntame, Miguel Ángel Bernardeau, también implicado.
La investigación por estos hechos se desarrolló entre 2016 y 2019 y la Audiencia Nacional abrió juicio oral en 2020, pero todavía no hay fecha para el juicio, algo que desespera a los implicados, que aseguran estar deseando colaborar con la Justicia y poder declarar para defenderse. Anticorrupción pide 32 años de cárcel para Duato y 27 para Arias, que dijo desconocer las actuaciones presuntamente fraudulentas del despacho que llevaba sus rentas y que afirma haber solucionado todo al llegar a un acuerdo con Hacienda.
‘Cuéntame’, se despide la serie más longeva
Parecía que no iba a acabar nunca, pero Cuéntame cómo pasó está despidiéndose y finalizará antes de que se termine el año 2023 después de 413 episodios, 23 temporadas y 22 años en emisión, lo que la convierte en la serie de prime time más longeva de la historia de la televisión en España y la sexta del mundo. Se va con una temporada final de sólo siete capítulos, cada uno de ellos dedicado a los personajes principales de la serie: Antonio (Imanol Arias), Ana Duato (Mercedes), Inés (Irene Visedo), Toni (Pablo Rivero), Carlos (Ricardo Gómez), María (Carmen Climent) y Herminia (María Galiana).
Cuéntame se coló en los hogares por primera vez el 13 de septiembre de 2001, dos días después del atentado de las Torres Gemelas en Nueva York, y desde entonces el público ha visto crecer y envejecer a la tradicional familia Alcántara, con Antonio y Merche a la cabeza, y aparecer y desaparecer a multitud de actores y actrices, con la abuela Herminia cada vez más abuela.
Creada como Cuéntame, meses después de su estreno tuvo que ser renombrada como Cuéntame cómo pasó al estar su nombre inicial ya registrado. Una serie que ha reflejado, a través de una familia de clase media que reside en Madrid, cómo fue la sociedad española durante los últimos años del franquismo, la Transición y la llegada de la democracia. Y narrada desde un tiempo presente indefinido por Carlos, uno de los hijos.
Las excelentes cifras de audiencia que cosechó la serie durante muchos años llevaron a alargarla mucho más de lo previsto. Tanto, que las tramas de ficción llegaron hasta el año 1994 en la penúltima temporada, y en esta 23ª y última que está en emisión avanzan hasta 2001. Pero en la 21ª temporada la serie retrató por primera vez el presente real y llevó la ficción hasta 2020, en la que Antonio Alcántara, tras superar la covid, acaba muriendo en su pueblo natal de Sagrillas a los 95 años.
Un Antonio Alcántara que se ha convertido en el papel más importante de la carrera de Imanol Arias por su trascendencia y por las más de dos décadas interpretándolo. Un personaje tradicional, casado y con cuatro hijos, que se ha hecho a sí mismo, trabajador, emprendedor, empresario, político. Un hombre con tintes machistas e ínfulas de grandeza que evolucionó de ser un humilde ordenanza a formar parte del Gobierno de España.
