Vuelves de viaje tras unas relajantes vacaciones de verano, la casa está limpia como la dejaste, pero hay un olor desagradable que no identificas de dónde viene. Aquí tienes unas claves para saber de dónde pueden salir esos malos olores, cómo deshacerte de ellos y cómo evitar que vuelvan aparecer.

La clave para entender por qué pueden acumularse malos olores durante las vacaciones de verano es el sifón del fregadero. Esta pieza en forma de ese o de u invertida de fontanería tiene entre otras funciones hacer de tapón e impedir que los gases procedentes de la tubería salgan por el desagüe, algo que puede pasar si no se usa el fregadero durante varios días.

El fregadero puede ser fuente mal olor Freepik

El por qué del mal olor

El funcionamiento de un sifón de gravedad, que es el más común en los hogares, es sencillo. Se fundamenta en el principio de Pascal, que dice que, cuando se ejerce presión sobre un fluido, esta se propaga por toda la sustancia de manera uniforme. De esta forma, si conectamos un recipiente con un líquido a otro recipiente vacío con un tubo, el líquido ejercerá presión a la entrada del tubo y fluirá hasta que se igualen los niveles de líquido en ambos recipientes. 

Utilizando este principio, los sifones hacen que se acumule agua en los codos, que hacen de depósito depósito y ejercen de tapón para los gases del desagüe.

Como explica Saneamientos Mungia, cuando no se utiliza el fregadero durante varios días, el agua acumulada en el sifón no se repone y, especialmente con el calor veraniego, se evapora y el tapón para los gases desaparece.

Esquema del funcionamiento de un sifón Freepik

El plato y el papel

Dejando un papel absorbente y un plato o un vaso boca abajo cubriendo el desagüe, hacemos que el agua del sifón tarde más en evaporarse y, además, el propio papel ayuda a tapar el paso de los malos olores.

En el inodoro, el agua que se acumula al fondo ejerce esta misma función, por lo que también es importante que no se vacíe.

Otro consejo para evitar malos olores es, además de evitar tirar residuos por el fregadero, revisar y limpiar periódicamente el sifón para que no se acumule suciedad, pues esta pieza también ejerce de filtro entre otras funciones. Esta suciedad no solo puede emitir malos olores, sino que puede acabar provocando atascos en las tuberías.

Colocar rejillas en los desagües de los lavabos, las duchas y los fregaderos, es una buena práctica que evita que los residuos de mayor tamaño se acumulen en los sifones y provoquen obstrucciones.

También es importante verter agua limpia de vez en cuando en los desagües para renovar el agua acumulada, pues puede descomponerse y provocar malos olores y ser un foco de infecciones.

Cómo desmontar un sifón atascado

En el caso de que nuestro sifón ya esté atascado, su limpieza es muy sencilla:

  1. Coloca un cubo debajo del sifón para recoger los residuos y desenrosca el tapón.
  2. Limpia la obstrucción con un cepillo o un desatascador y reemplaza las piezas dañadas si las hubiera.
  3. Vuelve a montar el sifón, ajusta las tuercas y prueba a echar agua para asegurarte de que no hay fugas ni errores en el montaje.

Una vez limpio el sifón, nos queda librarnos del mal olor. Para ello, hay un truco muy sencillo empleando bicarbonato sódicovinagre y agua hirviendo.

Primero vierte una taza de bicarbonato y dos tazas de vinagre por el desagüe.

Pasados unos minutos, añade agua hirviendo para acabar con los microorganismosgérmenes y suciedad que provocan el mal olor.

También se puede realizar este proceso sustituyendo el vinagre por zumo de limón.

Siguiendo estas pautas, ya estamos mejor preparados para irnos de vacaciones durante varios días y disfrutar sin miedo a que nos sorprenda un hedor inesperado a la vuelta. Además, aplicando estos consejos en el día a día, podemos asegurarnos de que tendremos unas tuberías limpias y libres de gérmenes durante todo el año.