Hoy en día, la inteligencia artificial se utiliza en infinidad de ámbitos: desde la medicina hasta la educación o el entretenimiento. Pero ahora llega a un terreno inesperado: las redes sociales. Influencers que nunca han existido físicamente, creadas completamente por IA, atraen a miles e incluso millones de seguidores, incluso colaboran con marcas. Casos como Aitana López, Mia Zelu, Lil Miquela o Alba Renai demuestran cómo la IA está transformando nuestra percepción de lo que significa ser un influencer.

Estas influencers son personajes creados con inteligencia artificial, diseñados para parecer lo más reales posible. Sus caras, gestos y publicaciones son generados a través de modelos avanzados de imagen y vídeo, y sus cuentas en redes sociales se manejan de tal manera que imitan el comportamiento de un influencer humano. Aunque nunca han existido físicamente, tienen perfiles activos, interactúan con sus seguidores y crean contenido sobre moda, estilo de vida o entretenimiento, al igual que cualquier creador digital tradicional.

La creciente popularidad de estos perfiles no es casualidad: las marcas han encontrado en los influencers virtuales una forma de llegar a audiencias masivas de manera controlada. Al no tratarse de personas reales, estos avatares pueden trabajar sin descanso, mantener una imagen cuidadosamente diseñada y evitar polémicas que sí podrían afectar a los influencers humanos. Además, permiten experimentar con contenidos y campañas que se adaptan al público objetivo de manera inmediata, convirtiéndose en herramientas poderosas de marketing digital.

Aitana López

Aitana López es la primera influencer virtual española de referencia, creada por la agencia The Clueless, fundada en 2023 en Barcelona por Rubén Cruz y Diana Núñez. La agencia diseña modelos digitales generados por IA con el objetivo de revolucionar el mundo de las influencers. Combinando estilo, moda y lifestyle en sus publicaciones, acumula 385.000 seguidores en Instagram y colabora con marcas reales y verídicas. Los contenidos de estas colaboraciones se comparten tanto en sus perfiles como en los de las marcas, difuminando la línea entre influencers reales y virtuales.

Mia Zelu

El perfil de Mia Zelu disparó su popularidad tras “asistir” a Wimbledon, donde logró captar la atención de un deportista de élite: el jugador de críquet indio Rishabh Pant. Sin saber que Mia era un avatar generado por inteligencia artificial le dio “me gusta” a varias de sus fotos. Este caso demuestra cómo los influencers virtuales pueden interactuar y generar impacto en el mundo real, borrando los límites entre lo digital y lo físico.

Lil Miquela, 2M de seguidores

Lil Miquela es una de las influencers virtuales más conocidas a nivel mundial, con más de 2 millones de seguidores en sus redes sociales. Creada como un avatar digital, combina moda, música y lifestyle en su contenido, interactuando con sus seguidores como cualquier influencer real. Aunque no existe físicamente, ha trabajado con marcas reconocidas y tiene fotos con personas reales. Además, ha participado en campañas de publicidad globales, una vez más siendo ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede redefinir la influencia digital y borrar las fronteras entre lo real y lo virtual.

Alba Renai

Alba Renai, desarrollada por la agencia Be a Lion, es un avatar centrado en moda, viajes y estilo de vida. Aunque tiene 18.100 seguidores, ha logrado colaboraciones con marcas y muestra publicaciones cuidadosamente diseñadas que combinan fotografía y vídeo realistas. Su perfil confirma que la tecnología y la creatividad se unen para redefinir la manera en que se construye la influencia online. Una vez más su perfil se centra en moda, viajes y estilo de vida.

Pero, ¿cuál es el estilo de vida?

La mayoría de estas influencers están centradas en el lifestyle, es decir, contar y enseñar el día a día o aconsejar sobre temas cotidianos para poder influir en los demás. Y, en un entorno donde la autenticidad se valora cada vez más, ¿qué impacto puede tener en los creadores humanos que compiten por la atención de la misma audiencia? Estos interrogantes muestran que, aunque la inteligencia artificial ofrece nuevas posibilidades, también desafía los límites de la confianza, la ética y la relación entre lo virtual y lo real en las redes sociales. Como se menciona en Hola!: “Según Virtual Humans, la industria de los influencers virtuales ha superado los 15.000 millones de dólares a nivel mundial”.

Además, hoy en día, ser influencer se ha convertido en una profesión reconocida: muchos creadores trabajan con contratos, colaboraciones publicitarias (cada vez más reguladas) y estrategias de marketing profesional, generando ingresos altos y cumpliendo con sus obligaciones fiscales. Sin embargo, estos influencers virtuales entran en este mismo campo plantea más interrogantes sobre la competencia justa, la regulación laboral y cómo valoramos el trabajo humano en comparación con el contenido generado por inteligencia artificial.