Las cubiteras de hielo son uno de esos utensilios de cocina que con los años han ido perdiendo presencia en las casas frente a otras opciones más prácticas como la de hacer cubitos en bolsas de hielos o incluso comprarlos ya hechos en el súper

Su mecanismo de uso es muy sencillo: llenas el recipiente con agua del grifo y haciendo equilibrios para no derramarla colocas la bandeja en el congelador. Antes de llegar las actuales cubiteras de plástico o de silicona, estas solían ser de acero inoxidable. Si de pequeño tuviste la mala idea de poner la lengua sobre ella para comprobar si estaba fría, recordarás la ocurrencia como una muy mala experiencia

Con la humedad, la lengua se quedaba pegada al acero y si tratabas de separarla te podías hacer una buena herida. La solución era meter rápidamente lengua y cubitera bajo el chorro de agua del grifo para poder separarla sin mayores consecuencias.

Nuevos usos

Pues bien, como ya hemos dicho, las cubiteras han evolucionado y los materiales con los que están fabricadas son ahora mucho más flexibles. Con un poco de imaginación, puedes darles una nueva vida más allá de la elaboración de hielos y convertirlas en una alternativa muy útil en la cocina.

Puedes utilizarlas para congelar alimentos que después potenciarán el sabor de tus guisos, para hacer ricos dulces o para no desperdiciar esa comida que de otra forma se estropearía. Algunos de ellos son:

1- Café. Vierte esta bebida en una bandeja de cubitos de hielo y cuando quieras tomarte un rico café con hielo no lo tomarás aguado, sino que con el café helado todavía potenciarás más su sabor. 

2- Vino. Si no bebes vino y solo lo utilizas para cocinar, viértelo sobre una cubitera. Lo tendrás siempre disponible para echarlo a un guiso, a una sangría o para preparar un tinto de verano.  

3- Zumos. Hacer cubitos de hielo de zumo de limón, de naranja, etc te permitirá enfriar tus bebidas favoritas sin perder un ápice de sabor e incluso añadirlo a la elaboración de alguno de tus platos.

Botellas de zumos de frutas.

4- Ajo y cebolla. Puedes congelar estas hortalizas crudas, en trocitos y con un poco de aceite de oliva y te evitarás tener que prepararlas en el momento en el que vayas a cocinar.

5- Tomate. Abres un bote de tomate porque necesitas una pequeña cantidad para tu guiso y el resto se te acaba estropeando. Para evitarlo, congélalo en una cubitera y siempre tendrás disponible la cantidad que necesitas. 

6- Hierbas aromáticas. Es fácil que necesites perejil, cilantro o tomillo para tu receta y no tengas porque el último que compraste lo tuviste que tirar ya seco. Para que esto no te ocurra, cómpralos frescos, lávalos, córtalos en trocitos pequeños, colócalos en los huecos de la cubitera y vierte sobre ellos aceite de oliva. Una vez congelados, desmolda los cubitos y colócalos en una bolsa. Ya los tienes listos para utilizar cuando los necesites.

Ramillete de cilantro, un rico condimento para sopas y cremas.

7- Polos. Deposita en cada hueco un poco de zumo, colacao, yogur, etc. Coloca un trocito de fruta en su interior para poder clavar el palo y mételo al congelador. Obtendrás un rico minihelado.

8- Caldo. Congela el caldo de carne, de ave, de pescado o de verduras y siempre lo tendrás disponible para reforzar el sabor de tus sopas o de tus guisos.

9- Gazpacho. En verano, no hay nada como disfrutar de un gazpacho bien frío. Si quieres enfriarlo sin aguarlo, échale cubitos hechos de gazpacho. 

10- Frutas para decorar bebidas. Hay frutas como las moras, las fresas o las cerezas que no están disponibles todo el año. Lávalas bien, colócalas cada una en un hueco de la cubitera y al congelarlas obtendrás unos originales cubitos de hielo para darle un toque especial a tus bebidas favoritas. 

A partir de ahora ya no mirarás igual a tus cubiteras de hielos. Rescátalas del fondo del armario donde las tienes guardadas y dales una nueva vida. Verás cómo se convierten en tus grandes aliadas en la cocina.