El dormitorio debe ser la estancia más armónica y relajante de tu hogar. Los colores, tanto de las paredes como del mobiliario y los textiles, así como la decoración en general, deben aportar al conjunto una sensación de equilibrio, imprescindible para que tu habitación sea ese remanso de paz que necesitas para descansar.

Para conseguir ese ambiente de tranquilidad que te garantice un sueño reparador, el orden se presenta, además, como un requisito indispensable. Sin embargo, con el paso de los años esa habitación diáfana de la que disfrutabas al principio se transforma en una pequeña leonera atiborrada de cosas que, además de no necesitar, te están perjudicando. Quizás haya llegado el momento de decirles adiós y algunas de ellas son:    

1- Televisión. La luz azul que desprenden ciertos dispositivos electrónicos como televisiones, móviles, ordenadores portátiles o tablets va a impedir la secreción de melatonina, la hormona del sueño que regula el ciclo de sueño y vigilia. Al verse alterado el ritmo circadiano, nuestro cerebro va a interpretar que es hora de despertarse, de forma que vamos a tener dificultades para dormir.

2- Móvil. Tener el móvil en la mesilla de noche es una tentación y una enorme fuente de distracción. Si lo utilizamos poco antes de dormir, nos puede causar una sobreestimulación que altere nuestro descanso. Si lo necesitas porque lo usas como alarma o porque puedes recibir alguna llamada de emergencia, déjalo en la habitación pero aparte, donde no puedas cogerlo sin levantarte de la cama.

3- Papeles de trabajo. El dormitorio debe ser una zona de descanso y de relajación, no de trabajo, así que es un terreno vetado a cualquier asunto relacionado con tu vida laboral. 

Una mujer trabaja tumbada en la cama. Freepik

4- Escritorio abarrotado. Si tu vivienda no es muy grande y cama y escritorio deben compartir espacio, por lo menos procura no tener este desordenado, ya que si no esa imagen provocará en tu cerebro un ruido invisible que te trasmitirá continuamente la impresión de tener tareas pendientes y te generará un gran estrés. 

5- Armario desordenado. El orden es necesario para lograr el descanso y el bienestar y, aunque tengas las puertas del armario cerradas, si sabes que su interior es un caos total, solo de pensarlo te provocará estrés. Mantén todas tus prendas ordenadas y, además de que te resultará mucho más fácil encontrarlas, verás cómo relaja abrir las puertas del armario sin el temor a que se precipiten como si fuera una cascada.

6- Ropa amontonada. Si cada vez que te quitas la ropa en vez de recogerla en el armario la vas dejando en una silla, las prendas acabarán formando una montaña inmanejable. Tu ropa acabará amontonada, arrugada e inservible para una nueva puesta, ofreciendo además una imagen lamentable de tu habitación.

7- Mesillas atiborradas. Gafas, ebook, libros en papel, revistas, cascos, cargadores... algunas veces la mesilla puede llegar a convertirse en un auténtico bazar. Procura tenerlas lo más despejadas que puedas guardando todos esos objetos en el cajón. Verlas ordenadas te transmitirá tranquilidad.  

8- Comida. El dormitorio no es el lugar más adecuado para comer,ya que la comida puede desprender suciedad y olores desagradables muy poco apropiados para una zona de descanso.

Una mujer desayuna en la cama. Freepik

9- Aparatos para hacer ejercicio. Bicicleta estática, bici elíptica, cinta de correr... son algunos de los aparatos para estar en forma más presentes en los hogares; sin embargo, en viviendas pequeñas no siempre es fácil encontrarles la ubicación más correcta. Si no tienes otro remedio que ponerlas en tu habitación, colócalas en el lugar más discreto posible.  

10- Almacenamiento debajo de la cama. Si vas a guardar cosas debajo del canapé, procura hacerlo en recipientes herméticos y fáciles de retirar y de limpiar, ya que si no este lugar se convertirá en un foco de suciedad.

Para hacer de tu dormitorio ese lugar tranquilo que te garantice un buen descanso, podrás lograrlo a través del orden y de los detalles. Si tu habitación es un microcaos, nunca es tarde para ponerle remedio. Sacar de ella todo aquello que sobra es el primer paso.