"No hay un documento como este sobre el nacimiento de ETA”, subraya el exsenador Iñaki Anasagasti a DEIA. El político jeltzale va más allá en su argumento: “Quise hacer un estudio sobre el nacimiento de ETA y recurrí al lehendakari Leizaola cuando regresó del exilio. Le encargamos que nos hiciera la biografía de Doroteo Ziaurriz, que había sido presidente del BBB. Fue entonces cuando hablé con Leizaola y me facilitó estas cartas –en las que su letra está presente, como se ve– para ver cómo el nacimiento de ETA no había sido en contra del Gobierno vasco, que mantenían un nivel de cierto respeto y que lo de la violencia vino después”.

Evidenciado esto por Anasagasti, quien certifica que las dos misivas son reales y que formaban parte del archivo del Gobierno Vasco de París, hoy ven la luz. La primera es una epístola emitida desde la casi recién creada “organización resistente vasca” ETA, que firman como ‘Euzkadi ta Azkatasun’ y entregada al lehendakari en el exilio parisino Jesús María de Leizaola con trato de “vuestra excelencia”, enfatiza el exsenador. Está fechada el 25 de noviembre de 1960, dos años después de su fundación. Y la segunda es la respuesta del presidente vasco, del PNV, dos meses después, el 24 de enero de 1961.

Conviene, antes de profundizar en la correspondencia escrita en castellano, contextualizar que ETA fue fundada en 1958 tras la expulsión de miembros de las juventudes del Partido Nacionalista Vasco y que cometió su primera acción violenta en julio de 1961, su primer atentado el 7 de junio de 1968 y el último el 16 de marzo de 2010. Euskadi Ta Askatasuna (ETA) realizó el anuncio del “cese definitivo de su actividad armada” el 20 de octubre de 2011.

Recordado esto, la carta remitida por la primigenia Euzkadi ta Azkatasun al lehendakari Leizaola data de noviembre de 1960, es decir, ocho meses después del fallecimiento de su antecesor José Antonio de Aguirre, hecho que se dio a conocer del siguiente modo: “El presidente del Gobierno Vasco en el exilio ha fallecido hoy en esta capital –París– a causa de una angina de pecho, tenía 56 años”.

En el recado, ETA solicitaba a Leizaola permiso para recaudar fondos y un importe de cien mil pesetas mensuales, así como la posibilidad de autorizar a ETA a proceder a una recaudación obligatoria entre ciudadanos vascos. Las dos páginas del mensaje tienen como receptor el “Exmo. Sr. Presidente del Gobierno Vasco”. Como presentación, relatan que “la Organización Resistente Vasca Euzkadi ta Azkatasun tiene el honor de ofrecer a la consideración de V.E. un problema que compromete la expansión de sus actividades y exponerle, asimismo, los medios que se han previsto para su resolución”.

A continuación, ahondan en una coyuntura –“según nuestras normas”– por la que “pueden surgir desavenencias y faltas de coordinación en la labor de los diversos partidos y organizaciones patrióticas”. Y lo pormenorizan informando del continuado incremento de las actividades de la organización y el aumento en el número de sus militantes que está dando lugar a un crecimiento rápido de sus presupuestos.

Muchos gastos

Comunican al lehendakari que las ramas de propaganda y de acción directa, principalmente, absorben grandes sumas dado que, por su naturaleza, requieren medios materiales de elevado precio y costoso entretenimiento. Y citan algunos de sus gastos: La adquisición de automóviles y motocicletas, la compra y alquiler de locales, la ayuda a los presos y a sus familiares… “precisan de abundantes recursos económicos”. “Finalmente, la labor preparatoria de resistencia constituye una labor de la que el nacionalismo vasco no puede prescindir y esta organización está en trance de emprender”, argumentan.

A este aumento en los gastos, según el análisis de ETA, no correspondió un aumento proporcionado de los ingresos, llegándose a un punto en el que “el incremento de las acciones se halla comprometido por el imperativo material”. Con todo ello, se preparan a detallar sus demandas. “Estas razones y el conocimiento de la alta función rectora del Gobierno, así como del interés de V.E. por todos los problemas que afectan a las organizaciones patrióticas, han determinado a ETA a formular las siguientes peticiones”, avanzan.

La primera señalada es la autorización a la organización resistente “a recaudar fondos en la zona de dominio español”. La segunda, puede ser el origen del cobro denominado, más delante, como impuesto revolucionario. “En consonancia con la obligación, que a todos los vascos alcanza, de ayudar a la liberación de la Patria, se autorice a ETA a proceder a la recaudación obligatoria y a utilizar las medidas represivas adecuadas para la realización de la misma”.

Y una última petición, que, en el caso de que el apartado anterior sea desestimado por el Gobierno, se subvencione a ETA, en principio, con la suma de cien mil pesetas mensuales, para atender a sus necesidades más acuciantes.

Esta organización pone de manifiesto, asimismo, su inmejorable disposición para contribuir en la proporción que estime oportuna, a los presupuestos del Gobierno.

Finalmente, ETA propone como “más eficaz”, a su juicio, la materialización de sus peticiones. “Reafirmamos por la presente el espíritu de colaboración de ETA y encomendamos confiadamente la gestión de nuestras demandas a Vuestra Excelencia. Aprovechamos esta oportunidad para reiterarle nuestra sincera adhesión”, concluyen.

Jesús M. de Leizaola respondió al escrito entregado en la delegación vasca de París. El lehendakari les hizo saber que la carta había sido estudiada con particularidad atención y que el Gobierno Vasco estaba procediendo a la reorganización de su sistema financiero. “Se halla en la imposibilidad de autorizar a ETA, ni a ninguna organización política, para proceder a una recaudación obligatoria entre ciudadanos vascos. El Gobierno entiende que esa función debe ser ejercida por él mismo directamente a través de sus propios delegados y dentro y fuera de Euzkadi”.

A renglón seguido, manifestó que el Gobierno se encontraba en la imposibilidad material de subvencionar con cien mil pesetas mensuales las actividades “más acuciantes de ETA”. Y, por último, el patriota Leizaola se posicionó cercano. “Acepto complacido el deseo de colaboración con el Gobierno reiteradamente expresado por esa organización y doy orden de que se envíe a la dirección por ustedes facilitada, material de propaganda para ser distribuido en el interior de la patria. Tengo también la esperanza de que esa colaboración, así como las de las otras organizaciones que comparten nuestra labor, sea cada día más beneficiosa para la liberación de Euzkadi”.

Una tercera carta muestra la letra de Leizaola que ordena que se remita la misiva a Hickman, delegado del Gobierno Vasco en Londres.