75º aniversario congreso fundacional de los NEI (Nouvelles Equipes Internationales-Nouvelles Equipes InternationalesNuevos Equipos Internacionales

Preparativos

El fortalecimiento de los movimientos y partidos democristianos europeos tras la segunda Guerra Mundial favoreció el deseo -originario de los años veinte- de establecer un organismo que consolidase las relaciones entre las diversas entidades y personalidades de esa tendencia y que actuase de nexo entre las mismas. Con tal fin, los dirigentes de los restablecidos o neo-fundados partidos de orientación democristiana europeos reanudaron los contactos tan pronto terminó la guerra.

Dirigentes vascos como Javier Landaburu, quienes desde tiempo atrás mantenían contactos con partidos como el MRP (Mouvement Républicaine Populaire) francés y la DC (Democrazia Cristiana) italiana, creyeron que gracias a dichos contactos y "por su conducta durante la última década", tenían adquiridos "ciertos títulos" que les permitirían incluso constituirse en "motor de una Internacional de inspiración cristiana".

Este optimismo, derivaba, según el político alavés, de que en todas las reuniones en que se había planteado la creación de la Internacional se había solicitado de los nacionalistas vascos, especialmente por parte francesa y belga, la realización de una labor fundamental en la constitución y desarrollo de dicho organismo.

De ahí que el PNV juzgara conveniente en extremo participar activamente en la creación de ese instrumento en un momento, además, en el que el resto de los grupos democristianos estatales apenas eran conocidos en Europa. A juicio de los dirigentes nacionalistas, la asunción de ese rol destacado catapultaría su decanato entre los grupos democristianos peninsulares y supondría la salvaguarda de su posición en el seno de la democracia cristiana europea.

También era ventajosa la participación en cuanto permitiría que los vascos asumieran un relevante papel de enlace natural entre Europa y el mundo latinoamericano. Si bien el proceso constitutivo del nuevo organismo de cooperación siguió otros derroteros y el protagonismo vasco no fue el inicialmente esperado, varios vascos nacionalistas estuvieron presentes en su congreso fundacional y el equipo vasco se convirtió en uno de sus miembros fundadores.

Congreso de Chaudfontaine

Tras varias reuniones preparativas, el congreso fundacional de los NEI se celebró en Chaudfontaine, entre los días 31 de mayo y 3 de junio de 1947. El francés Robert Bichet fue elegido presidente del Comité Ejecutivo y el belga Jules Soyeur secretario general. El objetivo del organismo naciente era agrupar a las personalidades y partidos políticos europeos de inspiración cristiana y promover la unidad europea, favoreciendo de esa manera una paz duradera.

No obstante, desde antes incluso de su creación oficial, se habían evidenciado diferencias entre los participantes de diversos países, divididos en dos concepciones opuestas de lo que el nuevo organismo debía ser: una unión internacional permanente de la que formaran parte los diversos partidos de tendencia democristiana o un simple bureau central de información, elemento de contacto entre partidos y personalidades de dicha tendencia.

Incluso la denominación del organismo fue punto de controversia. Cumpliendo los deseos de franceses y siguiendo la denominación de organismos democristianos en Francia y Bélgica, se decidió que la organización llevara el nombre de Nouvelles Equipes Internationales (NEI). El título de 'Cristianos Demócratas' fue refutado por la connotación religiosa que conllevaba. El término 'Equipos' respondía al hecho de que fueran grupos, independientemente de los partidos o dirigentes a título personal, quienes acordaron trabajar juntos con gentes de la misma tendencia a escala internacional.

En ese primer congreso de los NEI hubo representación vasca. Los participantes en el congreso habían sido invitados no como representantes de partidos políticos sino a título personal. Los organizadores habían convidado directamente al lehendakari Agirre y a Landaburu, conocidos en los medios democristianos por los contactos con líderes como el filósofo católico Jacques Maritain o Luigi Sturzo, fundador del Partito Popolare Italiano.

Los anfitriones mostraron su interés, asimismo, en que la delegación vasca quedara integrada además por un delegado de la resistencia interior. En principio se barajó el nombre de Juan Ajuriaguerra, pero dadas las agitadas circunstancias que se estaban viviendo en el País Vasco tras las huelgas de mayo, se decidió que asistiera Joseba Rezola. El lehendakari, por razones de agenda, no pudo asistir hasta la sesión de clausura, por lo que fueron Landaburu y Rezola los que inicialmente acudieron a Chaudfontaine.

El tema general del congreso fue la situación social de los trabajadores y el estado de las relaciones entre el obrero y el patrono. El grupo vasco presentó un amplio rapport [informe] sobre la situación obrera en la España franquista, y expuso el significado y desarrollo de la huelga que había tenido lugar en el País Vasco. La presencia del lehendakari Agirre en la sesión de clausura fue recibida, según la prensa vasca, con aplausos. Los congresistas, a propuesta de la delegación vasca, aprobaron un mensaje de adhesión y simpatía hacia los vascos.

Pero si por algo es importante para el PNV este congreso es porque el equipo vasco logró plenamente su intento de aparecer como fundador de la entidad, lo que le permitía figurar en los NEI como miembro de pleno derecho.

El equipo vasco de los NEI

Los NEI quedaron constituidos como un organismo de carácter aconfesional y abierto a la presencia en su seno de personas provenientes de otras corrientes políticas que, no obstante, compartieran la filosofía personalista y humanista de la democracia cristiana. La base orgánica de los NEI la constituían los equipos nacionales. Sólo podía haber un equipo nacional por país. Cada equipo nacional podía estar constituido bien por el partido político de inspiración democrática y cristiana que existiese en el país y que desease ingresar; bien por personalidades que compartieran los principios democristianos; o bien, eventualmente, por el grupo nacional de esa tendencia que se hallara en el exilio.

El figurar como miembro fundacional de los NEI permitía al grupo vasco participar en dicho organismo con plenos derechos y de manera independiente y, en consecuencia, el EBB aprovechó esa ocasión y optó por la primera opción, que admitía la constitución de un equipo nacional vasco con miembros del PNV como partido de inspiración democristiana que era. Se lograba así tener representación directa en los NEI, evitando que el equipo vasco fuera valorado simplemente como un equipo en el exilio.

Esa posición le conferiría ventaja en el caso de que se planteara el ingreso de otros grupos demócratas del Estado español, lo que sucedería a partir de 1950, cuando la Unió Democràtica de Catalunya inició los contactos para su ingreso en la internacional democristiana.

El Equipo Nacional Vasco, que funcionó de facto desde la fundación de los NEI, quedó oficialmente constituido el 12 de octubre de 1948. Javier Landaburu y José María Lasarte en representación del PNV, e Iñaki Renteria e Iñaki Agirre en nombre de Euzko Gaztedi, conformaron el núcleo principal de dicho equipo, aunque en ocasiones contaron con la colaboración de otras personas. Este equipo parisino se reunía semanalmente. Landaburu redactó los Estatutos y el Reglamento de Régimen Interior del equipo vasco de los NEI.

El órgano director de los NEI lo constituía un "comité director" o "comité ejecutivo", compuesto por un representante de cada equipo nacional, nombrado por dicho equipo. Landaburu fue el delegado del equipo vasco en el primer Comité Ejecutivo. En la punta de la pirámide organizacional de los NEI se hallaba el comité de honor, compuesto por personalidades ilustres de la democracia cristiana, entre los que cabe destacar al anteriormente citado Luigi Sturzo o a Marc Sangnier (periodista francés, fundador de la revista Le Sillon y presidente de honor del MRP). El lehendakari José Antonio Agirre también formó parte de ese selecto grupo.

Tras el congreso inaugural

Varios congresos siguieron al fundacional de Chaudfontaine. En ellos se estudiaron problemas políticos, religiosos, sociales, económicos y culturales de los países europeos. El PNV volcó muchos esfuerzos en estar presente en dichas citas y en mantener contactos con personalidades políticas democristianas. Sin embargo, ya para comienzos de la década de los cincuenta, debido al creciente peso de partidos más conservadores en el seno del organismo, la entidad democristiana se inclinó hacia la defensa de un anticomunismo activo, que consideró el régimen franquista como importante baluarte geoestratégico.

En la medida en que las voces de estos grupos iban in crescendo, la presencia y aspiraciones de los nacionalistas vascos sonaban cada vez más débiles. Aun así, el equipo vasco estuvo presente en todos los congresos anuales de los NEI, y el PNV fue el único representante estatal, manteniendo su estatus de miembro de pleno derecho hasta la constitución del equipo español de la Democracia Cristiana en 1965. l

(Mutriku, 1971)

Es doctora en Historia Contemporánea y profesora titular de la Universidad de Deusto. Su actividad docente se concentra en los Grados de Comunicación y Relaciones Internacionales. Concretamente imparte las asignaturas de Mundo Actual, Marcos Interpretativos de la realidad actual e Historia del Pensamiento Político. Ha investigado, tanto en solitario como en equipo, temas relacionados con nacionalismo vasco, exilio y europeísmo, y sobre la historia de medios de comunicación. Otras áreas de interés son la simbología musical, el papel de los medios de comunicación en la percepción de la realidad y, en general, la historia contemporánea y actual del País Vasco. Su último libro es la biografía de F. J. Landaburu 'Al servicio de la causa vasca' (Tecnos, 2021).