La pareja de la mujer sorprendida con su jefe por la 'kiss cam' de Coldplay rompe su silencio: “No fue una infidelidad”

El incidente viral ocurrido el 16 de julio en el Gillette Stadium de Massachusetts, cuando la 'kiss cam' enfocó a Kristin Cabot y Andy Byron durante un concierto de Coldplay, ha tenido repercusiones significativas en sus vidas personales y profesionales.

Ambos eran ejecutivos de la empresa tecnológica Astronomer: Andy Byron como CEO y Kristin Cabot como directora de Recursos Humanos. Tras la difusión del video, ambos presentaron su renuncia a la empresa. Además, la esposa de Andy, Megan Kerrigan, abandonó su hogar poco después del incidente mientras que Andrew Cabot, esposo de Kristin, se mantuvo fuera del foco mediático, al menos hasta ahora.

Cabot, empresario y heredero de una de las familias más influyentes de Boston, ha emitido un comunicado a través de un portavoz tras la avalancha mediática vivida tras el escándalo de la 'kiss cam' en el que asegura que no se trató de una infidelidad ya que Kristin y él ya se habían separado de manera amistosa semanas antes del concierto.

Sin embargo, la mujer solicitó el divorcio de su esposo el 13 de agosto de 2025 en Portsmouth, New Hampshire, casi un mes después del incidente. El empresario ha insistido en que la naturaleza del vínculo entre ellos "era conocida por sus allegados" y que con esta aclaración espera "cerrar este capítulo y que pare la especulación". Por otro lado, Kristin Cabot, ha evitado pronunciarse tras el incidente.

'La kiss cam', en entredicho

Este escándalo ha creado un debate en redes sociales en el que se ha puesto en entredicho el derecho a la intimidad, que puede ser violentado por esta práctica en los conciertos. El propio Chris Martin, vocalista de Coldplay, ha salido en defensa de la 'kiss cam' señalando que es una tradición en los conciertos del grupo y que llevan décadas usándola. "La vida te da limones y tienes que hacer limonada. Así que vamos a seguir haciéndolo para conocer a algunos de vosotros”, ha expresado. Por su parte, los protagonistas de uno de los momentos más virales del año piden ahora respeto.