Este año se cumple el vigésimo quinto aniversario del primer programa de Gran Hermano, aquel “experimento sociológico” que irrumpió con fuerza en la televisión estatal y que contaba con 14 concursantes. De esta histórica primera edición del reality tan solo uno de ellos era vasco: Koldo Sagastizabal, quien tras su participación en el novedoso programa de Telecinco ha llevado su trayectoria profesional al margen de los focos de la televisión.
La primera edición de este formato revolucionario que transformó para siempre el entretenimiento y que empezó con bases de experimento social se estrenó el 23 de septiembre del año 2000. Junto al popular ganador Ismael Beiro y otros concursantes como Iván Armesto, María José Galera o Jorge Berrocal, se encontraba también Koldo Sagastizabal. El guipuzcoano era uno de los más jóvenes de GH1, pues entró con 21 años mientras estudiaba Ciencias Políticas en la UPV/EHU.

Su llegada a la casa no fue como fichaje titular, sino como reserva. Permaneció un total de 56 días en la casa de Guadalix de la Sierra y se convirtió en el séptimo expulsado una semana antes de la gran final. Destacó como “el cultureta” de la edición. Y es que, durante su participación, se ganó el apodo de El vasco intelectual por sus intereses sobre política, literatura y filosofía.
No obstante, sus compañeros de la casa lo apodaron también como Don Bechamel, por su pasión por las croquetas y la cocina. A día de hoy, Sagastizabal sigue siendo recordado por sus charlas filosóficas y su gran compañerismo dentro de la casa, ya que evitaba protagonizar cualquier tipo de conflicto.

Momentos destacados
Una de las situaciones más relevantes de su participación en el programa se dio en el momento en el que un simpatizante de ETA se coló en la casa del concurso, donde se encontraban los participantes. Fue el propio Koldo Sagastizabal quien se encargó de tranquilizarlo y de explicarle en euskera que no era el lugar adecuado. Otro de los momentos por los que más destacó fue por verle celebrando una pequeña versión de los Sanfermines en compañía de los concursantes de la casa, donde el vasco no dudó en darlo todo bailando con su indumentaria blanca y su pañoleta roja atada al cuello.
Tras el éxito rotundo del formato que revolucionó la forma de entender la pequeña pantalla en el Estado español, y en el que Sagastizabal quedó como cuarto finalista al ser expulsado, no hemos vuelto a verle en ningún ámbito relacionado con la televisión. A excepción, claro está, de en la película El gran marciano, que protagonizó en el año 2001 junto a sus excompañeros de la casa. Los concursantes de la primera edición fueron víctimas de una broma de cámara oculta en la que encontraban una nave espacial con un astronauta y un supuesto alienígena que podía suponer una amenaza.
A pesar de que muchos no se creyeron la historia hasta el final, este no fue el caso de Koldo Sagastizabal, Jorge Berrocal, María José Galera, Vanesa Pascual y Mabel Garrido.
Cuando terminó GH1, Sagastizabal reconoció en una entrevista con Mercedes Milá que se había comportado dentro de la casa tal y como era él en el exterior. “Siempre he sido como soy, precisamente por ello pude mostrar una cierta coraza y pude mostrarme más reservado en ciertos momentos, más retraído para ciertas cosas”, afirmó. En dicha conversación, insistió en que no le atraía mucho la popularidad, pese a que estaba abierto a nuevas oportunidades: “Tengo ganas de trabajar y hacer cosas”. Fue después de esto cuando abandonó la televisión y se centró en otros ámbitos laborales.
Un nuevo rumbo
Gran Hermano fue la primera y única experiencia en televisión del guipuzcoano, pues posteriormente desapareció de las pantallas y no quiso saber nada del mundo de la fama. Su vida laboral tomó rumbo hacia el turismo y el marketing. Lo que podemos saber actualmente de Koldo Sagastizabal y de su trabajo es gracias a su perfil en la red profesional LinkedIn. En ella, se describe como “profesional de la tecnología inspirado en participar de manera activa en los procesos de transformación digital de la sociedad”.
Desde noviembre de 2024 es Director de Ventas del Norte de África y sur de Europa en la compañía Facephi. Esta empresa está especializada en verificación digital de usuarios y soluciones biométricas de autentificación. El exconcursante de GH1 desempeña su labor como responsable del desarrollo y crecimiento de la biometría en las citadas regiones.

Sagastizabal ha tenido una exitosa trayectoria profesional y ha ido cambiando de empleo a lo largo de los años. Antes había sido director de ventas de Veridas, una empresa que se dedica a la innovación y seguridad en el entorno digital. También tuvo un importante puesto en una de las webs turísticas más potentes del sector, saltando de Booking a Bed4u Hotels, donde estuvo ejerciendo de director general a lo largo de prácticamente todo el año 2020. Gracias a su formación y a los cinco idiomas que habla (castellano, francés, euskera, inglés e italiano), el vasco ha podido trabajar en el extranjero.
El actual directivo se encuentra desvinculado de los medios de comunicación desde hace varios años, aunque en 2017 ofreció una entrevista a la revista Tecno Hotel, donde desvelaba líneas estratégicas de la compañía en la que trabajaba en ese entonces. Fue la fotografía publicada por la prensa la que impresionó al público por su impactante cambio físico. En el programa lucía el pelo largo, una perilla y un look bastante informal. Ahora, Sagastizabal ha cambiado la famosa camiseta de la margarita por la corbata y el traje.
Vida personal
La vida personal de Koldo Sagastizabal ha sido y es una auténtica incógnita. El guipuzcoano se ha blindado para evitar que trascienda cualquier dato suyo que tenga que ver con el ámbito privado. No tiene redes sociales, más allá de las profesionales, y, si las tiene, son privadas o de uso particular. Sobre pareja o posible familia que haya podido formar en estos 25 años que han transcurrido desde que se diera a conocer en Gran Hermano no existe constancia alguna.
A 25 años del estreno de la primera edición de este novedoso reality, Koldo Sagastizabal destaca como un caso singular dentro de aquel fenómeno televisivo. El vasco intelectual supo aprovechar el empujón mediático sin quedarse atrapado en las aristas más afiladas del mundo de la fama. Con su sólida formación académica y su perfil reservado, construyó una trayectoria profesional diversa en el ámbito de la transformación digital. Este guipuzcoano es el claro ejemplo de que, incluso desde un reality show, es posible forjar una experiencia vital marcada por la autenticidad y la evolución personal, sin importar de dónde se viene, sino hacia dónde se quiere ir.